La leptospirosis es una enfermedad infectocontagiosa, zoonótica, causada por bacterianas del género Leptospira, el cual agrupa a varias especies de microorganismos de los cual el más conocido es Leptospira interrogans. La bacteria pertenece a la familia Leptospiraceae y es transmitida principalmente por roedores.

El agente causal

La bacteria es una espiroqueta Gram negativa, conforma helicoidal alargada; su tamaño es de 6 a 20 x 0,1 µm. y es una bacteria aerobia estricta y móvil debido a la presencia de flagelos periféricos. La especie L. interrogans, agrupa al menos 200 serovariedades subdivididas en 23 serogrupos, siendo entre las más importantes y conocidas debido a su patogenicidad y virulencia: icterohaemorrahagiae, hadjo, canicola, grippotyphosa, australis y pomona.

Epidemiología

La enfermedad se transmite principalmente a través del contacto elementos contaminados con orina de un animal infectado. Los portadores elimina a través de la orina grandes cantidades de bacterias, las cuales pueden vivir durante periodos variables manteniendo su capacidad de infectar en el agua y suelos húmedos.

Los animales y el hombre pueden contraer la bacteria vía oral, por consumo o contacto con agua contaminada con orina de ratas infectadas, ya que las leptospiras, debido a su movilidad, pueden ingresar a través de heridas o pequeñas laceraciones de la piel, incluso a través de la piel intacta. Son susceptibles la enfermedad una amplia variedad de especies animales domésticos y silvestres, incluidos los bovinos, cerdos, equinos, caninos y el ser humano.

La rata común (Ratus novergicus) juega un papel importante en la transmisión de la enfermedad como reservorio principal, ya que las ratas infectadas pueden eliminar grandes cantidades de leptospiras por la orina durante años sin padecer síntomas de la enfermedad.

En áreas rurales, el ganado bovino también funge como un importante transmisor de la leptospira, ya que un animal que ha padecido la enfermedad, aun luego de recibir tratamiento, es capaz de eliminar leptospiras viables por al menos 11 meses, permitiendo la permanencia de al bacterias en el ambiente.

Las infecciones en el ser humano, carecen de importancia en el ciclo de transmisión de la enfermedad, ya que no se ha comprobado la transmisión de leptospirosis de persona a persona.

La enfermedad en animales

En ganado bovino y porcino la enfermedad produce signos y síntomas reproductivos y a pesar de que no causa mortalidad en estas especies, ocasiona grandes pérdidas económicas a la industria ganadera y porcina a nivel mundial ya que produce infertilidad, abortos, y nacimiento de crías débiles y mortinatos.

En los caninos, suele manifestarse con signos sistémicos inespecíficos, evolucionando a un síndrome ictero-hemorrágico con afectación renal y alta mortalidad, la cual puede superar el 50%.

Síntomas en humanos

El humanos la leptospirosis tiene tres formas de presentación: puede ser asintomática, anictérica o ictérica. En la forma asintomática la persona adquiere la infección pero no presenta signos de enfermedad. Puede ocurrir una forma sintomática anictérica, caracterizada por una sintomatología inespecífica, con fiebre, malestar general, que en muchas ocasiones no es correctamente diagnosticada y se confunde con cualquier otra patología viral.

Sin embargo, entre 5 y 10 % de los infectados pueden desarrollar la forma ictérica o Sindrome de Weil, en la cual los signos inespecíficos evolucionan a una cuadro ictero-hemorrágico de mayor severidad, que deriva en falla renal y hepática, y que puede ocasionar mortalidad en el 35% de los casos.

Prevención y control

Las medidas de prevención en animales se basan en la eliminación de susceptibles. Existen vacunas disponibles para algunas especies animales como el bovino, cerdo y canino, las cuales son especificas para las serovariedades que afectan con mayor frecuencia a estas especies, sin embargo, no existe inmunidad cruzada entre los diferentes serotipos.

Como medidas ambientales se recomienda procurar el drenaje de aguas estancadas, controlar la presencia de roedores en las instalaciones de la unidad de producción. En humanos para prevenir esta zoonosis se recomienda realizar control de roedores en el área peridomiciliar, evitar el contacto con orina o aguas contaminadas con leptospiras, evitar andar descalzo en zonas endémicas, realizar un adecuado lavado de manos antes de comer y lavar adecuadamente los vegetales y hortalizas.