Se entiende por lactancia el primer período de la vida, que comprende varios meses, durante los cuales el recién nacido se alimenta única y exclusivamente de leche. La lactancia puede ser materna, artificial o mixta.

Lactancia materna

En esta etapa participan dos individuos: la madre y el hijo. En consecuencia, cabe pensar que una buena lactancia se debe preparar desde la época precedente, es decir, el embarazo, tanto desde el punto de vista nutritivo (para ir haciendo reservas), como psicológico (tranquilidad y deseo de lactar).

Salvo raras excepciones, todas las madres pueden criar a sus hijos.

La OMS lleva varias décadas estimulando la lactancia materna y ensalzando sus bondades. Podemos citar, la «Declaración dlnnocenti» (1992) y los «Diez pasos hacia una feliz lactancia natural» (1998).

La secreción láctea está regida por dos hormonas: la prolactina (estimula la glándula mamaria) y la oxitocina (permite la contracción, gracias a la succión del lactante, para que la leche fluya de la glándula). Se puede decir pues, que el éxito de la lactancia depende de:

  • La predisposición, actitud y convencimiento de la madre de poder lactar.

  • La succión adecuada del recién nacido.

  • El soporte de la pareja y la familia.

  • La alimentación adecuada de la madre que le permitirá producir leche suficiente para satisfacer las necesidades del niño.

Los calostros

La secreción mamaria de los primeros días tiene una composición intermedia entre el suero sanguíneo y la leche propia mente dicha.

Contiene poca grasa y es muy rica en proteínas, especialmente en inmunoglobulinas (IgA secretoras), muy importantes para la inmunidad del niño en esta primera etapa extrauterina, en la que existe cierta inmadurez en sus sistemas, tanto digestivos como inmunitarios, entre otros.

La secreción láctea propiamente dicha, es decir, la leche madura o completa, no se segrega hasta 7-14 días después del alumbramiento.

La leche humana es el único alimento que de manera natural es capaz de aportar al recién nacido todas las sustancias nutritivas que le permitirán cubrir sus necesidades.

Lactancia artificial

Se utilizan, generalmente, leches de fórmula elaboradas a partir de leche de vaca modificada para adaptar su composición, tanto en cantidad como en calidad, al modelo humano.

Estas leches se denominan fórmulas adaptadas de inicio, idóneas para los primeros meses, y fórmulas de continuidad, para ser utilizadas con posterioridad. Es de resaltar que, a pesar de los avances tecnológicos, aún no existe ninguna leche exactamente igual a la humana.

Requerimientos nutritivos y alimentarios de la mujer lactante

Se supone que parte de los requerimientos energéticos adicionales que conlleva la producción de leche durante los primeros meses de lactancia, se satisfacen con las reservas de grasa acumuladas durante el embarazo. No obstante, se estiman superiores a las requeridas durante la gestación.

Elaborar un litro de leche se estima que cuesta unas 700 kcal y, aunque ésta no es la cantidad diaria requerida, en general, la de manda energética, hídrica y nutritiva es elevada si se quiere conseguir una secreción adecuada en cantidad y calidad.

Es preciso pensar que la mujer no es una máquina y que su producción es variable a lo largo de las 24 horas del día, extremo éste que deberá valorarse en los horarios de lactancia. Si ésta es natural, el horario debe ser más flexible que si es artificial, por los motivos expuestos.

Requerimientos nutricionales durante la lactancia

  • Energía: Aumentar 500 kcal/día suplementarias.
  • Proteínas: Aumentar a 2 g por kg y día.
  • Glúcidos y lípidos: Normal, igual que durante la segunda parte de la gestación. Atención a los azúcares y a las grasas de origen animal.
  • Elementos químicos esenciales: Gran demanda de calcio y fósforo en particular.
  • Vitaminas: Aumento, en general, tanto de las hidrosolubles como de las liposolubles.
  • Agua: La demanda fisiológica de 2-2.5 debe ser aumentada a 3 litros diarios.
  • Fibras: Incluirlas en la alimentación para combatir el estreñimiento: celulosa, hemicelulosa, pectinas.

Etapa posterior a la lactancia

Después del embarazo, parto y lactancia debe volverse a la normalidad alimentaria, pues han desaparecido las demandas suplementarias que corresponden a las etapas mencionadas.

Es de resaltar que dichos períodos pueden ser favorecedores del replanteamiento de los hábitos alimentarios; hecho positivo tanto para la mujer y el niño, como también para todos los demás miembros de la familia y su entorno.