Una práctica común por parte de los propietarios de mascotas, caninos y felinos, es ofrecerles algún medicamento apenas ven algún cambio en su actitud o comportamiento y esto, en muchas ocasiones, puede ser más perjudicial para el animal que la propia enfermedad de base.
Los analgésicos
Entre los fármacos que más comúnmente se emplean en la automedicación de las mascotas se encuentran los analgésicos, conocidos en el argot médico como AINEs o (analgésicos, antinflamatorios no esteroideos). Estos medicamentos como el acetaminofen o paracetamol, la aspirina, el diclofenac, ibuprofeno, naproxeno, ketoprofeno, metamizol, piroxicam, meloxicam, entre muchos otros, pueden ser altamente tóxicos para los caninos y en mayor medida para los felinos.
Aunque existen fármacos de este grupo que son muy seguros y tienen posologías establecidas para estas especies, el problema sobreviene cuando el propietario de la mascota decide administrarle “por cuenta propia” y sin la prescripción de un médico veterinario estos medicamentos, pudiendo generar alteraciones gástricas, daño renal o trastornos de la coagulación.
Es muy frecuente observar en la consulta veterinaria, pacientes con una patología de base determinada, presentando vómitos sanguinolentos debido a una úlcera gástrica ocasionada por una gastritis hemorrágica de origen farmacológico, en la cual, el principal implicado suele ser el propietario del animal al administrar dosis elevadas, a intervalos muy cortos o simplemente ofrecer un medicamento no aprobado para su uso en perros y gatos.
Los antibióticos y otros antimicrobianos
Hoy día los antibióticos son considerados un recurso no renovable, en virtud del aumento en el número de cepas bacterianas resistentes a los fármacos antimicrobianos. La industria farmacológica es capaz de desarrollar nuevos antibiótico a una velocidad mucho menor con la que los microorganismos se hacen resistentes a estos.
Uno de las causas probables de este fenómeno es el abuso y la dosificación de antimicrobianos por parte de personas no capacitadas para tal fin, y una vez más entra en el juego el propietario de mascotas, quien buscando el bienestar para ese otro miembro de la familia puede generar un daño peor, no solo a su mascota sino a la salud de la población general.
Es importante saber que muchos antibióticos, tienen contraindicaciones ante distintos estado de salud de los perros y gatos. Además, muchos de estos fármacos pueden generar interacciones con otros medicamentos, pudiendo en muchos casos reducir su efecto benéfico o incluso generar toxicidad.
Otros medicamentos
Otros medicamentos muy empleados en la automedicación de mascotas son la ivermectina y otros antiparasitarios, complejos vitamínicos, entre otros. Al respecto, la ivermectina puede generar toxicidad hepática incluso puede ser mortal el razas caninas con mutación del gen MDR-1 y su uso indiscriminado, algo igual que el de otros antiparasitarios puede promover la resistencia a estas drogas.
En el caso de las vitaminas, las cuales parecen ser inocuas para las mascotas, debe tenerse en cuenta que dosis elevadas de vitaminas liposolubles puede producir alteraciones hepáticas a largo plazo.
Recomendaciones generales
No automedique a sus perros, gatos o cualquier especie que tenga como mascotas; ante cualquier manifestación de enfermedad o cambio en la conducta consulte a su veterinario de confianza, él es el profesional capacitado para garantizar la salud animal.