Muchas de nosotras preferimos saltarnos el desayuno pensando que así comeremos menos durante el día, pero para utilizar todas las calorías que consumimos en un día, necesitamos distribuirlas en tres comidas como mínimo: desayuno, almuerzo y Cena. De no hacerlo así, es muy probable que ahorrarías algunas calorías en la mañana, pero a la hora del almuerzo estaría totalmente hambrienta y podrías devorarte hasta tres mil calorías, o sea más de las que necesitaría en un día completo, esto dependiendo de tu peso y las actividades que realices. Debes tomar en cuenta que, dejar de desayunar contribuye a la retención de líquidos, lo que no te conviene para mantenerte a la línea.

Por su parte, el no desayunar puede irritar tu estómago, pues este se acostumbra desde que somos niños, a tener sus tres alimentos. Por eso, tanto en la mañana como en la noche hay secreción de jugos gástricos, que son los encargados de diferir los alimentos. Si cuando se producen los ácidos gástricos tú estomago no tiene alimento, se irrita fácilmente. Al paso del tiempo, esto ocasionaría gastritis y de seguir así, las cosas podrían complicarse hasta llegar a formarse una ulcera perforante que pondría en riesgo tu vida. Como ves, esto de desayunar no es broma y es más que necesario para tu organismo.

Asimismo, el estreñimiento es otro síntoma que aparece al saltarte el desayuno.

Desayuno: dulce energía y combustible ideal

Pero seguro te preguntas, ¿Cómo sería un desayuno ideal? Estaría compuesto por: jugo o fruta, proteínas que puedes obtener del huevo por ejemplo, del jamón con queso o de las salchichas también. De este modo, necesitas cereales o dos rebanas de pan integral. El aceite que necesitas obtenlo en la preparación de los alimentos, y una vez esto tendrás tu desayuno completo con azucares, proteínas, fibra y grasa… Todo lo que necesitas y de la mejor forma.

No olvides que algo que necesita tu cuerpo es el azúcar, para poder funcionar adecuadamente, en especial las células del sistema nervioso. Por eso cuando no consumes azúcar con los alimentos, sientes que te duele la cabeza o que te cuesta trabajo concentrarte. El azúcar la encuentras en frutas, verduras, cereales, harinas, pasta y por supuesto el azúcar en sí.

Desayuno y cena deportivos

Un promedio de calorías ideal para el desayuno o la cena son de 300 a 400, específicamente. Sin embargo, no pasarte de esta dosis puede resultar difícil cuando sales del gimnasio muerta de hambre, literalmente. Sin embargo, la solución es consumir esas calorías dos horas antes de hacer ejercicio, para que tu cuerpo las metabolice, te de energía y al terminar la rutina no tendrás tanta hambre.

Ejemplo, un jugo de naranja con una taza de nueces, o una porción de pan integral con queso, son alimentos de lo que puedes obtener calorías sin sentirte pesada. Si no puedes conseguir algo sólido antes de tu rutina, los jugos controlaran de la misma forma tu hambre al terminar el ejercicio.