Mucha gente tiene la costumbre de hacer sonar o crujir los huesos, ya sean de las manos, el cuello, la columna o cualquier parte de su cuerpo. Lo hacen por esa sensación posterior de relajación que se te queda después de realizar dicha acción, por nerviosismo, o simplemente porque les gusta hacerlo o el sonido que produce.

Pero en realidad ¿El hacer crujir los huesos puede llegar a ser beneficioso o perjudicial, o de verdad sirve para nuestra relajación o simplemente es un acto más en nuestras vidas? Buenas preguntas que vamos a intentar resolver ahora en unas pocas palabras.

¿Qué es la artritis?

Hay un dicho que explica que el hacerte crujir los huesos puede provocar ciertas Enfermedades como puede ser la artritis. La artritis se considera la inflamación de alguna de nuestras articulaciones pudiendo provocar dolores, perdida de movilidad de los miembros afectados e incluso deformación de la articulación.

Hay diversos tipos de artritis destacando la reumatoide, una enfermedad autoinmune, en la cual tu propio organismo se ataca a uno mismo produciendo diversos daños, otras pueden ser la infecciosa provocada por virus o bacterias, y otras menos conocidas son artritis por microcristales o neuropática.

Todas ellas perjudiciales para nuestro organismo impidiendo el movimiento correcto de las articulaciones.

¿Por qué suenan los huesos?

Ese ruido característico al crujir los huesos no es más que debido a la explosión de ciertos gases que se encuentran presenten en el líquido sinovial, el cual permite el movimiento correcto de estas. Al hacer crujir las articulaciones el espacio que hay entre los huesos aumenta provocando unas burbujas en el líquido sinovial, debidas a los gases presentes en el líquido, estas burbujas ocuparan el lugar restante provocado por el aumento en la distensión de la articulación.

Al hacer fuerza, las burbujas escapan a gran velocidad provocando el sonido característico del crujido.

¿Es peligroso hacer crujir los dedos?

Se han realizado muy pocos estudios sobre este tema, el más famoso es aquel en el que un doctor de California, Donald Unger, realizó consigo mismo, sometiéndose a él durante sesenta años.

Todos los días crujía los dedos la mano izquierda al menos dos veces, mientras que los de la mano derecha nunca se los crujía.

Al cabo de esos sesenta años se hizo unas radiografías para ver el estado de sus manos. El resultado fue sorprendente, la mano izquierda la cual había sido expuesta al experimento estaba exactamente igual a la mano derecha, no presentaba ningún rastro de artritis en ninguna mano.

Otro estudio importante fue el realizado a trescientas personas mayores de cuarenta y cinco años, a los cuales les gustaba crujirse las manos, observaron que un 84% tenían signos de inflamación en las manos. Pese a estos datos los autores dudaban si eran producidos o no por esta manía.

Algunos fisioterapeutas indican que desgasta las articulaciones innecesariamente, y también los tendones y ligamentos que las rodean.

Con esto concluyó que el hacer crujir los dedos o cualquier otro elemento óseo del organismo no es causa directa para provocar artritis, sino que la herencia, la edad y el trabajo duro con las manos o el cuerpo son los principales problemas que pueden causar esta enfermedad.

Como se ha visto el crujir los dedos no es síntoma de artritis, pero puede con ello causar otras alteraciones en las articulaciones. Según mi opinión cada uno es libre de hacer este gesto o no, sabiendo las consecuencias que puede traer consigo, el hacerlo de vez en cuando no es algo perjudicial, lo malo sería repetirlo constantemente a lo largo del día, aunque a corto plazo sea una liberación, hacerlo de manera constante no es recomendable, incluso llegando a convertirse en un hábito de vida.