Hoy las instituciones que luchan día a día para erradicar la mutilación genital femenina elevan aún más su voz; y es que a pesar de todos los esfuerzos hechos para eliminar esta práctica de todos los rincones del mundo, aún se practica en al menos 29 países de África y en Oriente Medio.
Año tras año cerca de 3 millones de niñas (tomando en cuenta que algunos casos no llegan a formar parte de las estadísticas) sufren ablaciones, en peores condiciones de las que imaginamos, sin entender claramente lo que está pasando, ya que algunas no alcanzan ni a los 2 años.
Son sometidas por sus familias, que vienen realizando esta práctica generación tras generación y nada tienen que decir, pues si tienen edad suficiente para negarse, su negativa implica que su familia la repudie, deba dejar su casa, siendo todavía una niña, y buscar ayuda por su cuenta, arriesgándose a veces a un destino tan incierto como peligroso.
¿En qué consiste entonces la ablación?
Existen al menos 4 tipos de mutilación genital femenina:
1. Clitoridectomía o ablación de clítoris: Corte parcial o total del clítoris. Casi siempre eliminación total del mismo.
2. Escisión: Consiste en el corte total o parcial del clítoris y los labios menores, con o sin escisión de los labios mayores.
3. Infibulación: Éste consiste en el estrechamiento o cierre parcial del orificio vaginal.
Luego de realizar un corte de labios menores, mayores y a veces el clítoris también; se procede a recolocar y sellar, a veces mediante una especie de "costura".
4.Todos los demás procedimientos lesivos de los genitales externos con fines no médicos: perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital.
¿Cómo se lleva a cabo?
En la mayoría de los casos, los procedimientos de mutilación genital femenina son llevados a cabo, de manera muy rudimentaria, por una especie de “circuncisoras” que para sus fines utilizan cuchillos, navajas, cuchillas de afeitar o cualquier otro utensilio punzo-cortante, sin ningún procedimiento de esterilización previo y sin utilizar ningún tipo de anestesia.
Hasta el momento, sólo cerca del 18% de los casos de ablaciones son llevados a cabo por personal sanitario debidamente acreditado como tal y con las condiciones mínimas de higiene y cuidados.
No es de extrañar, pues, que ésta práctica sea considerada internacionalmente como una violación a los derechos humanos de las niñas y Mujeres, sea considerada como una de las peores formas de tortura y discriminación, y hasta viole en ciertos casos el derecho a la vida, pues muchas de las niñas mueren a causa de las condiciones en las que son sometidas a estas prácticas.
Consecuencias:
Las consecuencias inmediatas tras ser sometidas a un proceso de mutilación como los expuestos anteriormente son: Dolor intenso, hemorragia, sepsis (por las condiciones de insalubridad en las que se practica), tétanos, dificultad para orinar (a veces incapacidad para hacerlo) y llagas y lesiones en el área genital.
En el futuro, la mujer sometida a esta práctica también sufrirá, en la mayoría de los casos, infecciones urinarias, quistes de ovarios, esterilidad, aumento del riesgo de complicaciones del parto y de la mortalidad del recién nacido. En los casos de infibulación, muchas veces también debe someterse a otras cirugías con el objetivo de corregir la abertura vaginal para facilitar las relaciones sexuales o el parto.
La víctima de esta práctica, también acarreará a lo largo de su vida con complicaciones del tipo psicológicas, que pueden ir desde depresión hasta terror a las relaciones; pasando por inapetencia sexual, insatisfacción, el dolor intenso que sufren a causa de las relaciones sexuales y una sintomatología generalizada de estrés post traumático.
Actualmente las víctimas tienen una opción para mejorar su calidad de vida, ya que se puede practicar, en algunos casos, una cirugía reconstructiva de clítoris (y vaginal), que puede ayudar a restaurar la seguridad y, consecuentemente, el deseo sexual; lo que puede también reducir el dolor que les provocan las relaciones. Esto no es muy conocido por la mayoría de las mujeres que han sufrido este tipo de violencia, además de que intentando hacerlo se arriesgan al repudio de su familia y a la exclusión.
Existe en España una fundación que ofrece ayuda a las víctimas a nivel quirúrgico, Fundación Dexeus Mujer, quienes desde el año 2008 han implementado un programa llamado “Reconstrucción genital post ablación”; el cual consiste en ofrecer los servicios de reconstrucción de manera gratuita a las víctimas de mutilación genital femenina, habiendo logrado restauración anatómica en el 90% y funcional en el 75% de los casos que han atendido hasta la fecha.