¿Alguna vez te has preguntado sobre el origen de nuestras sociedades, cómo vivían nuestros antepasados o cómo se relacionaban? Bien, pues hoy vas a tener una respuesta bien detallada a todos estos temas que forman parte de nuestras vidas cotidianas. Convenciones sociales, estrategias familiares, reproducción, placer, identidad sexual, tipos de familia, poder, dominación, el papel de la mujer en todo ello, son pequeñas muestras de lo que encontrarás en este artículo a lo largo de la Historia del Mundo.
Su importancia a lo largo de la Historia
En los últimos tiempos cuando tantas situaciones son posibles y admisibles dentro de las opciones que tienen libremente, si se da el caso de esa libertad, cada persona puede elegir una u otra opción.
Aunque el matrimonio infantil y los matrimonios por conveniencia siguen estando presentes en muchas partes del mundo.
Hoy en día, ya es un fenómeno sociológico, la liberación en sociedades más abiertas de las alternativas a practicar, pero estas opciones siempre han existido, lo que reprimidas a lo largo de la Historia.
El ser humano se manifiesta de distintas maneras en sus instintos y deseos: sexual, asexual, heterosexual, homosexual, bisexual, pansexual, sapiosexual, demisexual y un sinfín de etiquetas para intentar encasillar y catalogar algo que para algunas personas es imprescindible: que las personas se definan sexualmente en su actividad y gustos, sus preferencias, sus atracciones.
No hay que olvidar que, este tema siempre ha atraído el morbo y los cotilleos a nivel social.
Pues cotillas por naturaleza nos interesa saber de qué pie cojea cada uno, o con quién se relaciona o se acuesta, dado que a veces hay otros intereses sociales y económicos de por medio, así como la censuradora moral de cada cultura y sociedad.
La práctica de la sexualidad puede ser un hecho socialmente establecido y obligatorio para algunos, cultural, familiar y hasta una cuestión de estado para las monarquías debido a la necesidad de una sucesión.
Se conjugan distintos intereses que llevan a establecer normas que restringen su práctica o condicionantes que intervienen en sus actos.
De este modo, podemos entender al Sexo como una fuente de poder social de suma relevancia dada su influencia en nuestros agrupamientos humanos.
Desde hace como 5 millones de años aproximadamente los primeros homínidos, nuestros antepasados primitivos, aún no humanos, se apareaban y se agrupaban para sobrevivir.
Apenas hay hallazgos y pruebas de sus relaciones sociales, pero podríamos observar a los simios para ejemplificar perfectamente sus relaciones y costumbres.
Prehistoria
Durante la Prehistoria encontramos muchas manifestaciones artísticas (esculturas, pinturas rupestres, grafos) relacionados con su religión animista que hacía culto a la Naturaleza y a la fertilidad a través de los astros (representados por símbolos geométricos, como triángulos como la mujer y el Sol representando el poder masculino), la Naturaleza y los animales. Entre ellos encontramos el yacimiento del Risco Caído.
Es de suponer que su distribución primitiva en tribus o clanes, -recordemos lo bien que recreó su historia el clásico del cine de culto “El clan de la cueva del oso cavernario”, saga escrita magistralmente por Jean Marie Auel-, tenía tanto fines reproductivos como placenteros y que ya existía el emparejamiento y el concepto de familia, aunque un concepto de familia extensa que incluía a todos los parientes del clan o la tribu.
Ellos asociaban la fecundidad de la Naturaleza con la Maternidad y con la Tierra. La supervivencia de la tribu dependía de ello y era motivo de culto.
Se trataba de grupos no sedentarios, que debían evitar la endogamia. Muchas veces estos grupos estaban enfrentados entre sí y luchaban por los recursos, entre ellos por las mujeres.
A partir del Neolítico, cuando ya podemos hablar de Historia, tras la aparición de la agricultura y ganadería y domesticación y de las primeras ciudades o aglomeraciones urbanas, el sedentarismo, los excedentes económicos, y la escritura, habrá un mayor desarrollo de las relaciones sociales, de la religión, del papel de la mujer.
Mesopotamia, Egipto, Grecia y Roma
Así fue como en Mesopotamia, en el Creciente Fértil, y Egipto aparecieron, en la realeza, la endogamia, con el incesto como forma de perpetuar la sangre real –algo que se seguirá practicando durante siglos y miles de años posteriores en las monarquías con fines patrimoniales y estratégicos o políticos-, los harenes, la poligamia y la prostitución, incluso con connotaciones rituales o religiosas.
Estas grandes civilizaciones llegarían a un increíble desarrollo y forman parte de la llamada Historia Antigua. A partir de aquí la sociedad pasará de ser matriarcal como en la Prehistoria y matrilineal (la herencia y el linaje la transmite la madre) a convertirse en el Patriarcado (dominación del hombre sobre la mujer y sus condiciones de vida, ya que eran conscientes de su valía) Como también sucedía en la antigua China, donde también se practicaba la pederastia ritual como forma de prostitución de niños menores de 7 años.
A partir de aquí se sacralizan los matrimonios y se relacionan con la religión practicada en adelante. Solo eran admisibles los establecidos entre hombre y mujer hasta llegar a hoy día.
La antigua Grecia, cuna de la democracia, tenía para la mujer un papel reservado, sometida al hombre y los parientes masculinos, y relegadas al hogar. No estaban mal vistas la pederastia o relaciones con efebos, adolescentes deseados por su perfección masculina, y la homosexualidad, mientras se fuera soltero, al menos en las altas esferas sociales. Pero pasaba a estar mal vista cuando se llegaba al a madurez, obligando al hombre a casarse con una mujer de su estatus social y formar una familia.
Las relaciones entre mentor y amante juvenil eran habituales, tanto entre sabios, prohombres como entre soldados griegos. Consideraban el cuerpo masculino como el ideal y la perfección física, despreciando el cuerpo de la mujer, pese a las bellas esculturas que nos han llegado de los dioses y las diosas de su mitología.
La procreación y crianza de los hijos eran prioritarias, a la vez que establecer estrategias familiares por intereses políticos, sociales y económicos.
Sin embargo, también existía la homosexualidad femenina, que toma su nombre de la Isla de Lesbos, y, su representante principal y más conocida será la poetisa Safo de Lesbos, cuyos poemas eróticos reflejaban esa orientación.
Con Roma llegaron a un extremo: el libertinaje de la alta sociedad romana, las orgías, también relacionadas en parte con la religión, y los desmanes en un Imperio de tanta extensión y larga duración eran habituales, sobre todo, en épocas de decadencia. Recordemos a Calígula y su película (no recomendada para menores) y la obra “Memorias de Adriano”, que refleja el caso griego que también mencionamos anteriormente, dado que Roma fue una época más gloriosa y a mayor escala del esplendor de Grecia.
Algo similar vemos en el fenómeno televisivo “Juego de Tronos” de la HBO, donde el sexo destaca por su máxima expresión en total libertad.
El papel de la mujer estaba supeditado también al hombre. Quizás en ambos casos, Grecia y Roma, sean las clases más pobres las que se unieran por motivos más bien amorosos o por intereses también como las propias élites, los patricios. Roma es un caso particular.
Era el pater familias o señor de la casa el que aceptaba o no al hijo, y si no lo consideraba suyo y no lo aceptaba en la familia, lo abandonaba hasta que alguien lo recogiera o lo dejaba morir en un lugar habitual para ello. No existía el matrimonio polígamo pero sí el divorcio, que ya existía desde épocas anteriores y en otras culturas.
También en la mayoría de ellas, por no decir todas, existía la costumbre del repudio, puesto que si la mujer no era de su agrado o bien era estéril o no le daba hijos, se le achacaba siempre la culpa a ella. Era considerada una gran vergüenza y afrenta para su linaje y para una mujer no poder procrear o engendrar.
El placer también es un factor muy importante en las relaciones sexuales de la época.
Edad Media
Con la llegada de los bárbaros y la caída de Roma, si exceptuamos al Imperio Romano de Oriente, y la llegada del Cristianismo, será la religión la que durante el Medievo o Edad Media ejerza la fuerza de censor moral, imponga el recato, la persecución del placer erótico o el instinto sexual, acusando a la mujer de ser la culpable y de provocarlo.
Los fines reproductivos con el matrimonio, como única forma de unión entre hombre y mujer, imponían la virginidad (acorde al ideal de la Vírgen María) de la mujer hasta el matrimonio, que se considera sagrado y garante del honor del linaje familiar. Como dato curioso, aparecen los cinturones de castidad para proteger la dignidad y el honor de la familia en las largas ausencias de los caballeros en las guerras y Cruzadas y viajes por sus territorios feudales. Persiguieron durante siglos lo que ellos consideraban pecados sexuales u otras opciones u orientaciones; sobre todo, a través de la Inquisición.
Seguirán practicando las estrategias familiares. La mujer es moneda de cambio, a nivel político y económico en las altas esferas, pero también ejercerán esos matrimonios concertados entre las clases bajas, pero con mayor libertad de amar a quién se deseara y la posibilidad de casarse con sentimientos hacia esa persona, aunque de forma muy limitada.
Además, la mujer durante el Medievo y la Edad Moderna o el Antiguo Régimen (siglos XV-XVIII) debía aportar una dote al marido a cambio de mantenerla y casarse con ella. Resultando ser una carga para las familias.
El mundo musulmán en el Medievo
En el mundo musulmán se practicaban las costumbres orientales, como el matrimonio polígamo (Mahoma en el Corán escribiría que Alá permitía hasta tener a 5 esposas si se las podía mantener), los harenes, la homosexualidad, aunque no debía ser conocida sino un secreto y también la prostitución.
También los matrimonios solían ser concertados por las familias. Como sucede actualmente todavía en la India y otros países. La mayoría solo podían mantener una esposa y también existe actualmente la dote como sistema de pago por el matrimonio.
Hay numerosos cuentos e historias sobre el mundo musulmán que narran la vida cotidiana y son de exquisita lectura, como “Las mil y una noches”, cuya protagonista es Zerezade.
La libertad sexual era limitada, aunque el placer estaba implícito en sus numerosos matrimonios, siempre orientados al disfrute del hombre. De hecho, la ablación es la negación del placer y la sexualidad de las mujeres, aún hoy día practicada en África.
Oriente: China e India
Al igual que en toda Asia (China y el resto) y Oriente, en la India, existían las mismas circunstancias, con la diferencia social de las castas, que impedía el matrimonio entre castas.
Pese a que los matrimonios eran concertados mediante dote desde la infancia, como sucedía en muchas culturas, incluso las occidentales, el placer sexual será un legado plasmado en el arte de amar y de la sexualidad a través del libro más conocido sobre el tema del planeta: “El Kamasutra”, con miles de posturas, que no solo eran la del misionero que tanto se practicaba en el mundo cristiano.
Pero también había cabida para el amor entre esposos, como demuestra la gran obra más bella dedicada al amor, una de las 7 maravillas del mundo actual, el Taj Majal, dedicado por un rey a su reina como mausoleo y donde reposan sus cuerpos.
Continuaremos en otro apasionante artículo sobre la sexualidad en la Historia del Mundo hasta llegar a la actualidad.