Oriol Junqueras, los Jordis, Raül Romeva, Dolors Bassa y Carme Forcadell serán trasladados hoy desde las cárceles madrileñas donde han pasado los primeros 8 meses de prisión preventiva a sus nuevos destinos en Cataluña, más cerca de sus familiares.
El PSOE, aupado al Gobierno gracias a los votos de los partidos nacionalistas, y con la renovación de la cúpula de RTVE encima de la mesa, ha hecho del acercamiento de los presos independentistas una de sus prioridades. Sánchez quiere proponer soluciones políticas al tema catalán, para así diferenciarse del anterior gobierno, enrocado en la vía jurídica.
Pedro Sánchez, manos a la obra
Los políticos independentistas salieron ayer desde la prisión de Estremera, en Madrid, donde se les reunió para organizar su traslado. Han pasado la noche a mitad de camino, en la prisión zaragozana de Zuera, para llegar hoy miércoles a Cataluña, en concreto a la cárcel de Brians 2, desde donde se les trasladará a su nuevo destino: la prisión de Lledoners, en Barcelona. Mientras, la ex presidenta del Parlament de Cataluña, Carme Forcadell y la ex consejera de Trabajo y Asuntos sociales, Dolors Bassa, se dirigen directamente desde la cárcel de Alcalá al centro penitenciario Puig de les Basses, en Girona.
Este desbloqueo de la situación existente se ha dado gracias a la voluntad de Pedro Sánchez y de su ejecutivo.
A través de Instituciones Penitenciarias han contactado primero al juez Llarena, para consultar la viabilidad del traslado en lo refererido a las actuaciones de la justicia para con los presos, y tras recibir su placet a su homóloga catalana, Serveis Penitenciaris -única institución penitenciaria dependiente de un gobierno regional, la Generalitat- que ha dado también el visto bueno al acercamiento.
Este compromiso adquirido por Sánchez y por su Gobierno puede ser visto como un gesto de deslealtad al gobierno anterior por parte de los sectores más conservadores de la sociedad o como un intento de normalizar relaciones para los catalanes independentistas, a pocos días de la reunión que mantendrán Sánchez y Quim Torra, el presidente de la Generalitat, en Moncloa.
Las reacciones políticas
Por su parte políticos independentistas como Roger Torrent o el mismo Quim Torra ya han mostrado su alegría por la vuelta a casa de los presos, aunque con moderación. Torrent ha indicado lo siguiente: “cerca no significa justicia y libertad. No se pueden tener sólo un poco. O son plenas o no se tienen. No nos conformaremos con menos”. Torra que el acercamiento “es una obligación legal, no es una concesión o un gesto político".
A su vez, la también catalana Andrea Levy, vicepresidenta de Archivos y Programas del PP, cree que el acercamiento de presos "da impulso y victorias morales" al independentismo y que Sánchez ha pecado de ingenuo apoyándose de los independentistas para gobernar "en contra de los intereses generales de toda España, de la sociedad española que quiere vivir en convivencia constitucional”.
El ejecutivo de Sánchez está tranquilo respecto a la idoneidad de la decisión de acercar a los presos independentistas, ya que la Ley Penitenciaria incluye en su texto que "se procurará evitar el desarraigo social de las personas privadas de libertad” salvo causas excepcionales. Causas que tanto el Gobierno de España como otros interlocutores -como el Gobierno Vasco, que ha aprovechado para sacar de nuevo a la palestra el acercamiento a los presos de ETA- no cree que se cumplan en este caso.