Menos de una semana ha durado en el cargo el ministro de Cultura y Deportes, Màxim Huerta, que presentó su dimisión ayer, a última hora de la tarde, tras conocerse que había sido condenado por fraude fiscal. El Confidencial avanzaba por la mañana la noticia en la que se explicaba que Huerta para pagar menos impuestos, entre los años 2006 y 2008, se valió de una empresa interpuesta por lo que fue sancionado por la Agencia Tributaria a abonar una cifra superior a los 365.000 euros.
Màxim Huerta, que compareció en público ayer sobre las diecinueve horas en el Ministerio de Cultura, señaló que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le pidió "transparencia" y que explicara su situación ante los españoles y "si realmente hubo algún tipo de irregularidad con Hacienda durante tres ejercicios fiscales".
Sin embargo, Huerta en una entrevista concedida a Carlos Alcina en Onda Cero, esa misma mañana, recalcó que estaba al corriente de sus "obligaciones tributarias y que no se planteaba dimitir".
Huerta, en este espacio radiofónico, señaló que su situación tributaria se debió a una "recomendación" de su asesor. "Entonces lo hacías y caminabas al primer consejo que te decían y así lo hacíamos todos". "Mis obligaciones están al corriente y en el momento cuando hubo ese cambio de criterio yo lo regularicé", precisaba el, ahora, ex ministro de Cultura. Al ser preguntado sobre la dimisión, aclaró que el citado tema no tenía relación con su cargo de ministro de Cultura sino que "asumí la responsabilidad como ciudadano" en este tema.
Dimisión de Màxim Huerta
Ese escenario, no obstante, se modificó de manera drástica acabando con su carrera al frente del ministerio de Cultura en la propia sede de esta institución donde recordó que accedió al cargo de responsable de la cartera de Cultura con una dosis importante de esperanza para impulsar la cultura en el país que, según el ex ministro, cuenta con un caudal cultural importante.
Se refirió a la propuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como un gesto que implicaba asumir un compromiso que superaba sus proyectos tanto profesionales como personales así como un "honor".
Esta premisa, según el ex ministro, la asumió para trabajar por España y por la cultura aunque presumía de conocer que su nombramiento sería duramente critidado por el hecho de haber trabajado anteriormente en la pequeña pantalla; sin embargo, precisó que todos siguen este medio a pesar de las criticas que recibe
Cultura y transparencia
Màxim Huerta explicó que las razones principales que le han impulsado a dimitir han sido la "cultura y la transparencia"; dos conceptos que reiteró durante su comparencia, entiende, como dos aspectos esenciales que marcan de forma muy importante su forma de entender la vida.
El ex ministro de Cultura , asimismo, constató que renunciaba a la cartera al frente del ministerio de Cultura a pesar de no tener ningún cargo con la justicia y ser inocente de lo que se le acusa. En esta línea, Màxim Huerta apuntó que no tiene ninguna deuda con Hacienda y que siguió las recomendaciones del profesional que le llevaba las cuentas para gestionar cotizaciones de su empresa. Además, aclaró que abonó el importe que le reclamaron en tiempo y forma.
Huerta lamentó que su aclaración ante los medios de comunicación y la sociedad española no iba a servir de nada porque hay otros intereses que persiguen acabar con el trabajo de regeneración que ha iniciado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; así señaló que esta era una de las razones que le han impulsado a dimitir con la intención de no perjudicar este proyecto del nuevo Gobierno de España.