Ayer mismo se anunció a nivel nacional la presentación oficial de la candidatura del popular José Ramón García-Hernández, diputado nacional por la circunscripción de Ávila, responsable de Relaciones Internacionales del Partido Popular y portavoz de Exteriores del partido en el Congreso de los Diputados; para presidir el PP a nivel nacional en el ámbito del XIX Congreso Nacional que se celebrará de carácter extraordinario los días 20 y 21 de julio en Madrid.

Una candidatura por las ideas

García-Hernández ha anunciado en sus redes sociales y a diversos medios de comunicación españoles que tiene la intención clara de "ganar este Congreso" y de introducir la batalla de las ideas en el debate del mismo.

Se presenta como el candidato "de la militancia" y la opción más viable para reunir a afiliados y votantes bajo el paraguas ideológico de un partido de centro-derecha basado en los principios tanto del liberalismo como del conservadurismo y el humanismo cristiano.

Para "JoseRa" (apodo por el que se le conoce en el partido y en redes sociales), la defensa de los valores de la libertad, el planteamiento y aplicación de importantes bajadas de impuestos, la importancia de las señas de identidad y la integridad de España, y el posicionamiento de las personas en el centro de toda acción política llevada a cabo desde el Partido Popular son los pilares fundamentales de su candidatura y de sus preceptos.

Regeneración y lucha contra la corrupción

El candidato de Ávila tiene claro que la corrupción ha sido uno de los motivos de mayor peso para explicar el declive reciente del PP, y su opinión al respecto es contundente: "No puede caber un solo corrupto en el partido". Con un discurso totalmente tajante contra la mala praxis en la política, pretende que el Partido Popular recupere la confianza de los ciudadanos con unos más que evidentes resultados en la gestión de la crisis económica y de la recuperación de España en los últimos años.

Asimismo, el principio de regeneración es inmutable para García-Hernández. Firme defensor de la limitación de mandatos y de la llegada de personas nuevas a los puestos de responsabilidad dentro del partido y en las instituciones. Cree que ha llegado el momento de que las "peleas entre cuadros" acaben y se dé el bastón de mando a la militancia, que "está cansada" de las luchas de poder internas que tanto daño han hecho a las estructuras populares en diversas plazas de la geografía española.