A cada noticia de Cristina Cifuentes, se espera que diga las palabras famosas y dimita de una vez. Este martes no ha sido así y ha firmado un nuevo capítulo de este culebrón político. Hoy ha renunciado a su master que supuestamente cursó en la Universidad Rey Juan Carlos. Lo anunció en twitter, en su cuenta oficial. Luego pidió perdón por los agravios que con sus actos haya podido causar, Así, reconoce que no debió aceptar las condiciones y favores que desde la universidad le ofrecieron.
En otras palabras, echa balones fuera y culpa de todo lo ocurrido a las autoridades máximas de la universidad.
En su escrito, mantiene que no ha hecho nada ilegal, dejando toda la responsabilidad de lo ocurrido a las personas que le facilitaron la titulación y documentación por la cual se le cuestiona.
La moción puede acabar con un bastión importante para el PP
La moción de censura sigue adelante y su fecha cada vez más cerca. PSOE y Podemos podría contar con el apoyo de Ciudadanos y quitarla del sillón, y no solo a ella sino también al PP, que perdería, en el gobierno de la Comunidad de Madrid, un bastión político muy importante.
Lo curioso de todo el asunto, es que su baza, la que le sirve para mantenerse aún arriba, es el apoyo de Mariano Rajoy, que la sigue apoyando, dado que ella supedita su cargo a que su presidente se lo pida.
Aparte manifiesta, en su huida hacia adelante, su fe y confianza en la justicia, que se aclare todo lo sucedido y que su dictamen limpie su figura tan cuestionada en estos días por la opinión pública.
Los grandes perjudicados de toda esta polémica
La universidad Rey Juan Carlos tiene su prestigio por los suelos desde que salió a la luz la investigación de Raquel Ejerique, redactora jefa de Política Social en eldiario.es y también del periódico El Confidencial.
En la Sexta Noche, alumnos, profesores y exalumnos titulados así lo comentaban. Un título que si procede de dicha universidad pone en entredicho el curriculum de cualquiera y que lo pone en una posición comprometida.
La actitud de la presidenta responde a una manera de aferrarse a un cargo que cada día resulta más complicada.
Para muchas personas, analistas, periodistas y políticos, Cristina Cifuentes está acabada. no solo como presidenta de la Comumindad Autónoma de Madrid, sino también como figura política, aunque quien sabe si no la veremos en algún puesto privilegiado en ese cementerio de elefantes que algunos llaman senado, ¿o es al revés?