Tras el acuerdo alcanzado con el el Partido Socialista Alemán (SPD) a comienzos de febrero para reeditar la Große Koalition (gran coalición), como se conoce a la formada por estos dos partidos, ha llegado el momento de que los directivos y las bases decidan. Este domingo, los representantes del CDU de la Canciller Angela Merkel decidieron, con apenas 27 votos en contra (entre 975), respaldar el acuerdo de coalición con el SPD. Resta aún ver si el acuerdo cuenta con la aprobación de los 463.000 militantes del SPD y cuyos resultados se darán a conocer el 4 de marzo.

Divisiones internas

El SPD va a votar el acuerdo con una fuerte división interna. Mientras la directiva del partido está a favor de una coalición y del acuerdo alcanzado hace poco menos de un mes, el líder de las juventudes ha invitado a los jóvenes a votar NO en la consulta, pues considera que la coalición no es lo que el partido necesita y se encuentra descontento con los resultados en la coalición anterior como socio menor de la CDU.

Este es el período más largo que ha pasado Alemania sin tener Gobierno. Desde finales de septiembre de 2017, el país está dirigido por un Ejecutivo en funciones y este vacío ha minado fuertemente la imagen de Merkel como líder dentro de Alemania, si bien no se cuestiona su liderazgo europeo y su capacidad para debatir y resolver problemas acuciantes para la Unión.

Renovación de liderazgos

Ambos partidos dan señales de la profunda necesidad de renovación de sus liderazgos y los dos líderes parecen ser conscientes de ello. Martin Schulz renunció a su puesto como dirigente y Merkel nombró recientemente como Secretaria General de la CDU a una conocida política, actualmente Primera Ministra de la región del Sarre: Annegret Kramp-Karrenbauer.

Esta, muy afín a la Canciller Federal, es vista muy ampliamente como su posible sucesora por delante de candidatos como el recientemente nombrado Ministro de Sanidad, Jens Spahn, parte de la crítica interna del partido.

Merkel llamó, por un lado, a recuperar la confianza del electorado y, por el otro, a la renovación, tarea que corresponderá a Kramp-Karrenbauer.

La Canciller sabe que recobrar la confianza de los ciudadanos y dar respuestas a sus inquietudes y necesidades es un punto clave en el futuro del partido y en la construcción de consensos internos que permitan conservar la estabilidad interna de Alemania, país históricamente visto como ejemplo en este rubro.

La posibilidad de asumir su cuarto mandato dependen tanto de los cambios y las concesiones que ha hecho como de la refrendación por parte de las filas del SPD y, aunque todos los implicados entienden la importancia de formar gobierno y evitar con ello repetir las elecciones, puede haber sorpresas de parte de las filas socialdemócratas.