El proceso independentista catalán tiene una visión diferente visto desde fuera según el país y el medio de comunicación. No diremos que sean partidarios de la independencia o de lo contrario, sino que el referéndum que pide la Generalitat catalana lo ven como algo que forma parte de la Democracia misma, recordando los referéndums del Quebec (hubo hasta dos) y el de Escocia.
Por ello, el editorial de The New York Times del viernes no sorprende y más si dicho editorial dice algo tan sensato como que: “Que sean los catalanes quienes digan que no a la independencia”, sin posicionarse a favor o en contra.
Otro diario prestigioso el francés Le Monde, reunió a dos artistas catalanes muy conocidos en Francia, elegidos por ser cada uno partidario o contrario a la independencia: el cantautor Lluís Llach y el dramaturgo y actor Albert Boadella. Los puso en un debate a página entera, en las páginas de Opinión, con un artículo para cada uno.
El de Llach se titula “La gente tiene derecho a decidir su futuro”, y el de Boadella, “La deriva separatista”. El primero recordaba “La falta de coraje del Gobierno de Felipe González para acabar con la reminiscencia franquista en las estructuras del Estado” o que “Todavía no se ha hecho una interpretación abierta de la Constitución de 1978, sino al contrario, con la llegada al Gobierno del PP de Aznar, él quería someter el Poder Judicial a su voluntad”.
Acusa al Gobierno Rajoy de tener una actitud “arrogante” con Cataluña, recordando cómo se han procesado e inhabilitado políticos como Más o Forcadell o cómo el TC ha paralizado leyes catalanas, ignorando las manifestaciones de la Diada de cada año.
El de Boadella, con un estilo diferente y más teatral, adolece de lo segundo al hacer todo el tiempo comparaciones apocalípticas: “Han falseado la Historia”.
“Quieren desmantelar un Estado español fundado sobre principios democráticos”. “Europa debe dar carpetazo al sanguinario siglo XX y evitar que germine la semilla del nacionalismo para que no se repitan tragedias parecidas”.
Pero hay otro tema de actualidad que el Gobierno catalán ha hecho por su cuenta, al negarse a ello el Gobierno Rajoy y que ha recibido elogios de fuera: abrir por fin las fosas de la Guerra Civil. El Govern Puigdemont tiene el 'Pla de Fosses 2017-18' y con ello abrirá unas 503 fosas de cadáveres de desaparecidos por toda Cataluña.
De esto informa detalladamente la prensa portuguesa y el diario Le Monde que ya informó de que la Generalitat ha abierto el primer Banco de ADN para los familiares de los muertos.
Desde hace mucho la prensa extranjera estaba de acuerdo en que dichos familiares tenían razón en lo que pedían y nunca dieron la razón al Gobierno Rajoy, cuya letanía siempre es que eso “Reabre las heridas del pasado”, algo que no se atreve a decirles a los descendientes de los judíos expulsados en el siglo XV, por cierto.
Recordemos que en cada país de Europa Occidental se arreglaron las heridas abiertas por la II Guerra Mundial. Como sucedió por ejemplo en Francia con su Gobierno colaboracionista de Vichy y la entrega de judíos franceses a campos de exterminio, por lo cual pidió perdón el Presidente Jacques Chirac públicamente.