Será un tópico admitirlo, pero cuando la economía va bien se pueden hacer grandes festejos, sí esta va mal hay que apretarse el cinturón y pensar que de celebraciones lo mínimo.

Es en la festividad de San Fernando, 30 de mayo, cuando se celebra el Día de las Fuerzas Armadas, DIFAS, este tópico se ha cumplido claramente pues frente a celebraciones pobretonas basadas mas en exposiciones y temas de puertas abiertas se ha optado por un muy respetable desfile en la ciudad de Guadalajara junto con actividades variadas en el resto de territorio nacional.

Este cambio se ha debido a un incremento del presupuesto destinado a este día, duplicado frente al del año pasado, lo que ha enriquecido la jornada haciéndola más atractiva al público y buscando así una mayor acogida popular, que en el fondo es lo que esta conmemoración pretende.

Desde luego no son las magníficas demostraciones operativas y de combate realizadas con toda brillantez en ciudades como Alicante, Santander, Málaga o Badajoz en la década anterior. Pero si contribuyen a dar una razón de ser al DIFAS, el acercar los Ejércitos de España a su pueblo y que este disfrute, conozca y se junte con sus soldados para saber de primera mano la labor y hacer de sus conciudadanos de uniforme.

Entusiasmo popular

El día amaneció radiante y caluroso en Guadalajara cuando las tropas formaban en paralelo al río Henares en la Avd. Camilo José Cela. El sol cayó a plomo durante todo el día cobrándose entre civiles y militares no pocos desmayos, sinapismos e insolaciones, pero este calvario solar no disuadió a los miles de asistentes, alcarreños y visitantes, que se apelotonaron en el recorrido del evento para estar con sus soldados.

El entusiasmo popular y la confraternización entre ciudadanos de a pie y de uniforme superó las previsiones poniendo en ridículo absurdos intentos de boicot que menudearon en las redes sociales. La respuesta ciudadana en apoyo a sus FAS fue ejemplar y masiva.

El acto

Una celebración de esta clase conlleva un protocolo de actos ya conocido y estandarizado, que son ya repetidos de forma sistemática en cada evento como formación, llegada de autoridades, izado de la bandera que llego desde el aire por paracaidistas, homenaje a los caídos, desfile aéreo, terrestre y fin del acto.

Sin embargo, dentro de esta rutina hay que destacar unas importantes novedades pues durante el homenaje a los caídos el Rey estuvo acompañado por familiares de dos de los militares muertos en el accidente del Yak-42, de otros dos miembros del EDA fallecidos los siniestros de helicópteros Cougar en Canarias, así como de un comandante de la Armada y un Guardia Civil asesinados en atentados terroristas, que el Rey colocara la corona de laurel y se cuadrara ante las familias de los caídos dio a este acto una especial emotividad e intensidad.

El desfile, que siguió al homenaje empezó en el aire con el paso de 63 aeronaves entre cazas, aviones de transporte e helicópteros en que se estrenó el nuevo A-400 "Atlas" de transporte.

En la parte terrestre los carros Leopardo, Pizarro, M-109 del ET y los Piranha de Infantería de Marina fueron la principal atracción del desfile mecanizado de los 160 vehículos que marcharon en formación antes de iniciarse el desfile a pie con unidades de los tres ejércitos y Guardia Civil, 2.300 efectivos de distintas unidades. Legionarios y Regulares concluyeron el desfile terrestre que cerró la Guardia Real con sus unidades a caballo.

Valoración

No terminaron con este desfile los actos del DIFAS 2017, pues en las distintas provincias españolas simultáneamente se produjeron actos como puertas abiertas a unidades, visitas a buques, desfiles menores, exposiciones de material, conferencias, conciertos, etc.

La mejora de la economía ha permitido celebrar esta edición del DIFAS de forma más potente que las últimas ediciones marcadas por la austeridad, solo si la recuperación económica prosigue podremos disfrutar de futuras ediciones más vistosas. Toda novedad está todavía por ver.