Los momentos de máxima incertidumbre que retuvieron a los parlamentarios en el hemiciclo durante el golpe de estado se iniciaron horas antes de la sesión de investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo. A las 14:20 horas del día 23 de febrero el teniente Suárez Alonso acompañado de policías y vehículos camuflados cierran los accesos en lsa proximidades de la carrera de San Jerónimo para verificar las posibilidades de llevar término con éxito el asalto.
Cuatro horas más tarde a las 18:20 horas el teniente coronel Antonio Tejero asaltó el hemiciclo disparando al grito de "todo el mundo al suelo" mientras otros militares se dirigieron a los medios de comunicación para someterlos a las órdenes del golpista.
En Valencia, el capitán general del ejercito, Jaime Milans del Bosch, decretó el estado de excepción y sacó los tanques a las calle.
Mientras esto ocurría desde el palacio de la Zarzuela el rey de Esapaña, Juan Carlos I, hablaba con los mandos militares para disuadirlos de participar en el golpe. Una vez garantizados los apoyos el rey emitió a la 1:14 de la madrugada un mensaje por televisión apelando al orden constitucional y dando por finalizado el golpe de estado. La mañana del 24 de febrero los golpistas abandonaron el Congreso de los Diputados.