La Comisión Europea fue la que estableció en el año 2007, el objetivo de que todos los países lograrán un 20% de energía renovable sobre la totalidad de consumo que se utiliza. La medida fue expuesta durante lo que se consideró el plan de expansión de las energías renovables, tema de gran importancia y de actualidad debido a la problemática del cambio climático. Sin embargo, la novedosa medida no fue acogida por todos con agrado, tachándola de ser una medida poco objetiva y factible, aunque por otro lado, según la opinión de ecologistas expertos en la materia, ese 20% impuesto no era suficiente para remediar el problema climático.

Acabando el año de 2014, ya apenas quedarán cinco años para la fecha que se estableció para cumplir tal objetivo, el año 2020, momento que ha aprovechado la Agencia Europea del Medio Ambiente, para tachar de improbable que España consiga la meta marcada, mostrando una serie de documentación que lo avala, sobre cómo va el funcionamiento de la energía en nuestro país.

La Agencia Europea del Medio Ambiente es la encargada de estudiar la evolución del mercado europeo de la energía. En su último informe, apuntó a pesar de todo que el apoyo a las energías renovables había tenido un notable crecimiento en comparación con los años anteriores, y que por el contrario, las energías catalogadas de más contaminantes se habían reducido.

Aunque en ciertos países, como por ejemplo España, se sigan apoyando a aquellas energías convencionales, impidiendo así llegar al objetivo marcado.

Asombrosamente, el Gobierno español, suspendió en el año 2012 las primas de las nuevas instalaciones de energías eólicas, fotovoltaicas, termosolares, etc. Es inconcebible que en un país como España, con múltiples alternativas de energías renovables y limpias, se siga desaprovechando estas riquezas, y que por el contrario en países con menos recursos, se exploten al máximo y consigan más beneficios que el nuestro. La legislación española al respecto necesita un cambio de carácter urgente.