Valverde y Solari hicieron la tarea, en especial el DT argentino que le ganó al Txingurri la batalla táctica. Después el español hizo una buena lectura del juego reivindicando su planteamiento inicial.
Tanto el Madrid como el Barça salieron con un 4-3-3 bien marcado. Los merengues tuvieron a Llorente como MC y a Modric junto a Kroos de interiores, este medio hizo frente de gran forma -en especial en el primer tiempo- al tridente culé conformado por Busquets, Rakitic y Arthur.
En las bandas también hubieron duelos interesantes, las derechas salieron mejor paradas, Semedo y Malcom fueron más que Vinicius y Marcelo; y por el otro lado Lucas y Carvajal anularon prácticamente a Jordi y Coutinho.
El Real impuso condiciones en la primera parte
Bien parado en el campo, pressing alto por momentos y bien ubicados en zona media. Esperaban y buscaban dañar mediante transiciones defensa-ataque y en otras buscaban dañar a través de la posesión. Imperial partido de Benzema -otra vez- que fue el mejor del tridente merengue. Vinicius sigue dejando destellos de su talento, aunque le cuesta mucho las tomas de decisiones.
Lucas, además del gol, aportó un montón en defensa; complicando mucho a Jordi Alba.
El gol de vestuario del Madrid le dio el espaldarazo y la confianza a los dirigidos por Solari para hacer un gran partido en el Camp Nou: Jugada proyectada a la banda izquierda, Piqué salió a la marca de Vinicius, el brasileño decide enviar un centro pasado para Benzema; Jordi no puede despejar, por ende Karim bajó y asistió perfectamente a Lucas que le ganó muy bien la posición a Lenglet marcando el 1-0 a los 6´.
- El Barça viéndose apurado y sobrepasado los primeros 20' se apoyó tiró a la espalda de Arthur y a las combinaciones Semedo/Malcom por derecha
El volante brasileño - el mejor de la cancha - firmó otra exhibición en la medular culé, esta vez en un clásico español.
Por momentos Modrić lo complicó, en especial en el primer tiempo, pero conforme avanzaba el reloj se metió en el bolsillo al croata, al igual que con Toni Kross.
Malcom fue uno de los ganadores de la noche
Aprovechando sus minutos como extremo por derecha, fue el que más buscó e intentó en el primer tiempo. Ganó faltas, gambeteó y generó oportunidades. Además de que firmó una muy buena sociedad con Nelson Semedo. El portugués completó un grandísimo encuentro en ataque y en defensa, siendo uno de los mejores de la cancha.
Barcelona tuvo oportunidades claras para empatar. Las más claras en la zurda de Suárez y en la cabeza de Rakitić, la del uruguayo nace de una jugada de Malcom que luchando contra sus compatriotas Vinicius y Marcelo gana el balón y en un movimiento se quitó de encima a Kross, le cedió a Luis que disparó a colocar pero se encontró con un seguro Navas - de muy buen partido -.
La del croata fue en un tiro libre, ganado por Malcom y cobrado por el mismo brasileño, su anticipo de cabeza pegó en el travesaño.
El Real tuvo aproximaciones en ataques directos (contragolpes sobre todo) pero faltó decidir mejor en muchas ocasiones, en especial por parte del jóven Vinicius.
Una segunda parte emocionante
La segunda mitad tuvo otra velocidad, Barcelona mejoró y el Real empezó a sentir el desgaste físico. A allí en adelante, Arthur empezó a mandar en el medio sector y los de Valverde se movieron al compás del ex Gremio. Malcom seguía picante y activo, Busquets mejoró notablemente su influencia y Semedo seguía dominando en la banda derecha.
El empate no tardó, en uno de sus primeros piques proyectándose, Jordi Alba recibió un gran balón de Lenglet; Navas logró intervenir, Suárez remató a arco vacío, el poste le negó el gol; el rebote le quedó a Malcom que metió un zurdazo al primer palo dónde cubría Ramos.
El brasileño marcaba así su merecido tanto tras su gran encuentro.
Minutos después entró Messi, su influencia no pudo ser tan marcada, los problemas físicos del argentino se notaron; aunque de igual forma hizo mover mejor a su equipo. Vidal le dio otro aire a los culés al entrar por Rakitić. Coutinho fue lo más flojo de los catalanes, al igual que Suárez, que no tuvo un gran partido.
Solari también respondió, dio ingreso a Casemiro, Bale y Asensio; y el Real en los minutos finales logró dominar las acciones. De hecho, pudieron ganarlo, pero Semedo y Piqué (partidazo del central catalán) se vistieron de bomberos y apagaron en más de una ocasión las alarmas en el fondo.
Al final, merecido empate para ambos, partidazo desde lo táctico, quizás no tanto desde el juego. La serie está abierta, todo se definirá en el Santiago Bernabéu. Una vez más, el clásico no decepciona.