La guerra en Yemen comenzó en 2014 y continúa enfrentando a los rebeldes chiíes-hutíes apoyados por Irán, y a la coalición de estados suníes liderada por Arabia Saudí, acompañada por Reino Unido y Estados Unidos, e integrada por Bahréin, Catar, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Marruecos y Sudán.
La intervención de la coalición suní en 2015, trajo consigo una escalada de violencia cuyas consecuencias han sido devastadoras, en una guerra, que aún no ve un fin próximo y que ha sido calificada por la ONU de la mayor crisis humanitaria de la actualidad.
A pesar de no poder medir el sufrimiento de la población yemení, los números asustan. Son más de 22 millones de personas (80% de la población yemení) las que necesitan ayuda humanitaria y ocho millones de ellas se encuentran en riesgo de inanición. Por si fuera poco, la mitad de las instalaciones médicas están cerradas, el 18% de los distritos no disponen de ningún médico y, según la ONG “Save de Children”, cinco millones de niños están pasando hambre. El respeto por el Derecho Internacional Humanitario (DIH) brilla por su ausencia, al haber sido acusadas ambas partes de bombardear zonas densamente pobladas y haber derribado objetivos civiles como hospitales o escuelas.
El Parlamento Europeo se posiciona en contra de la venta de armas a Arabia Saudí
El pasado jueves 4 de septiembre, el Parlamento Europeo (PE) propuso una Resolución que urgía a los Estados miembros implicados en dicha guerra, a que cesaran inmediatamente los enfrentamientos y retiraran de forma tajante su apoyo político, militar y financiero a los países que libran dicha contienda.
Además, reiteró el llamamiento para el embargo de las armas destinadas a Arabia Saudí y condenó tanto el clima de violencia desatado, como la necesidad de investigar las posibles violaciones de los Derechos Humanos (DDHH) y del Derecho Internacional Humanitario (DIH).
Esta resolución que condena la guerra en Yemen ha salido adelante con el apoyo de todos los parlamentarios españoles, sin embargo, tras solicitar a la Eurocámara la votación por separado del párrafo relativo a la venta de armas, el Partido Popular Europeo se posicionó en contra de éste.
El voto en contra vino aparejado por la crítica de la formación socialista, no obstante, ésta fue desvanecida hoy tras la decisión de Pedro Sánchez de vender 400 bombas de precisión láser a Arabia Saudí. El actual ministro de asuntos exteriores, Josep Borrell, justificó esta decisión diciendo que “"esa clase de armamento es de precisión, no produce efectos colaterales, no se pueden producir esos bombardeos que producen esa clase de tragedias", sin embargo, esta decisión desobedeció el criterio de la Ministra de Defensa, Margarita Robles, quien días antes había paralizado dicha entrega.
El “gran dilema” del Gobierno socialista
El motivo principal que explica toda esta contradicción del ejecutivo, es el contrato valorado en 1.813 millones de euros, que Arabia Saudí y la empresa pública española `Navantia´ hicieron oficial el 12 de julio, relativo a la construcción de cinco corbetas.
El dilema de Sánchez se complica cuando la decisión de Margarita Robles, además de poner en riesgo las relaciones diplomáticas con Arabia Saudí, pone en riesgo los 6.000 empleos destinados a la construcción de éstos en los astilleros gaditanos.