El Día de la Hispanidad, donde el país debería respirar el sentimiento de hermandad, orgullo y unidad, se convierte en uno de los días más tensos de los últimos años. En Madrid, los reyes presiden los actos conmemorativos en el día de la nación mientras tanto Barcelona se tiñe de amarillo, de nuevo, en protesta de la misma unión y orgullo que unos festejan.

Fiesta en Madrid

En la capital del país, las calles están repletas de banderas alzadas con honra en el día de la nación. Este año se ha realizado el acto del Día de la Hispanidad entorno a uno de los símbolos más preciados de una nación, la bandera - ya que de himno no podemos presumir-.

El evento celebra el 175º aniversario de la bandera española.

En el desfile militar en la capital, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha sido recibido con centenares de comentarios desagradables y poco amigables del pueblo. En el primer acto del 12 de octubre del presidente ha sido pitado, abucheado y recibido con gritos de "fuera, fuera", "elecciones ya" y también algunos insultos. Pedro Sánchez ha hecho comosi consigo no fuera la cosa y ha continuado su marcha, sonriente, para saludar a la ministra de Defensa, la alcaldesa de Madrid y al presidente de la Comunidad de Madrid.

Protesta en Barcelona

En Barcelona se presiente la llegada de las plagadas amarillas en defensa a un futuro estado aparentemente mejor que seguir la unidad de España.

El 12 de octubre está siendo llevado con una tensión creciente y permanente en el ambiente a causa de la situación política en Catalunya junto a la aprobación de la reprobación de Felipe VI en el Parlament. Diremos que el horno no está para bollos.

La manifestación multitudinaria convocada a favor de la unidad de españa empezó a las 11 de la mañana en el Paseo de Gràcia hasta llegar al corazón de Barcelona, plaza Catalunya.

Los protestantes para la preservación de la nación, caminaban bajo el lema “Barcelona, garante de la Hispanidad”.

Mientras tanto los independentistas cierran hasta sus ayuntamientos en el día de hoy. A parte de que los funcionarios estarán contentos de poder disfrutar del finde largo que cada año hacen, así se evitan malos entendidos entre ambos lados.

En todo caso, vamos a dejar el problema a un lado y centrarnos en que los turistas sigan viniendo. No podemos dejar que vuelva a bajar la llegada de turistas a nuestro magnífico país. Turistas venir a España, país de diversidad donde unos desfilan y otros protestan.