No puedes completar el camino hacia la Sanación sin pasar por el difícil y poderoso paso del Perdón. En muchos sentidos, nuestra sociedad tiene una forma muy peculiar de ver el perdón. Como resultado, muchas personas creen que simplemente no tienen el poder o la capacidad de perdonar, a pesar de tener el deseo de poder hacerlo. Pero debes saber que es sumamente importante.
Mitos sobre el perdón
Hay una serie de mitos comunes acerca del perdón que pueden socavar su potencial y capacidad para proporcionar curación. Muchas personas han tenido la experiencia de creer que han perdonado a alguien o que han sido perdonadas, para luego encontrarse cuestionándose si eso es realmente cierto.
Es importante recordar que perdonar no es olvidar, tampoco garantiza que nunca sentirás rabia o dolor relacionados con lo que tuviste que perdonar.
Además, el perdón no es reconciliación. No hace que lo que pasó sea aceptable o correcto. Tener una reacción negativa involuntaria ante alguien que te ha lastimado no te convierte en una mala persona, ni demuestra que no los hayas perdonado de verdad. El perdón es ante todo acerca de la persona que lo perdona. El acto de perdón no es una demostración de benevolencia o gracia.
En cambio, es una tarea necesaria para la autopreservación. Cuando una persona perdona, suelta la energía y las emociones negativas que consumían y agotaban la fuerza de su mente y cuerpo.
Abstenerse de involucrarse en el proceso de purificación y curación del perdón limita a uno a un estado perpetuo de victimismo. A pesar del paso del tiempo, seguirán siendo vulnerables a la influencia real e imaginaria de su autor. Cuando alguien perdona, extinguen el fuego consumidor del odio y la ira, lo que les permite convertirse en versiones más saludables, felices y enriquecidas de sí mismos.
El proceso de perdón
Como lo enseña el Arzobispo Desmond Tutu, perdonar no es una decisión simple que una persona puede elegir hacer en cualquier momento. El perdón es un proceso que evoca una serie de emociones, tanto positivas como negativas. Para completar el proceso de perdón, una persona debe contar su historia, nombrar su dolor, conceder perdón y renovar o liberar la relación.
Es un proceso extremadamente personal e íntimo, uno que la persona a la que se le perdona no necesariamente tiene derecho a saber siquiera.
Perdónate a ti mismo diariamente
Una conversación sobre el perdón no puede ser completa sin la parte importante y, a menudo olvidada, de perdonarse a uno mismo tal como usted perdona a los demás. Ten la gracia suficiente para asumir las intenciones más generosas detrás de tus palabras y acciones. Ten la compasión suficiente para aceptar tu propia humanidad y la imperfección que la acompaña. Perdónate y perdona a otros por ti mismo.