Las Deudas se están convirtiendo cada vez más en un obstáculo importante para el bienestar en la vida de las personas. Según el Centro de Datos Microeconómicos del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, 2017 fue el quinto año consecutivo de crecimiento de la deuda de los hogares, hasta un total de $13.15 billones. Todos estamos familiarizados con las formas obvias en que la deuda puede arruinar nuestras vidas, pero ¿qué hay de las no tan obvias?
1. La deuda arruina tu espontaneidad
Olvidado ese impulso espontáneo de parar en su cafetería favorita en su camino al trabajo.
Cuando tiene una deuda grave, cada centavo adicional que gana va (o debería) a pagar esa deuda lo más rápido posible. ¿Sentado en casa aburrido un viernes por la noche y de repente tiene ganas de ir de compras? Olvídalo. Solo siéntate y disfruta viendo tu programa favorito en Netflix, o limpia tu refrigerador.
2. La deuda arruina tu vida social
Por supuesto, a tus mejores amigos no les importará pasar el rato en tu casa y cotillear sobre comidas caseras que te están ahorrando una fortuna, pero aceptémoslo, la mayoría de tus amigos quieren salir a cenar, ir a ver películas y conciertos, tomar viajes espontáneos por la carretera. Podrían ser amables y solidarios por un tiempo, pero eventualmente, pueden comenzar a salir con amigos que tienen más dinero en efectivo y menos deudas.
3. La deuda te hace (involuntariamente) egoísta
Ya que (afortunadamente) sigue un presupuesto para ayudar a reducir sus niveles de deuda, de repente se da cuenta de que ya no puede permitirse donar a sus organizaciones benéficas favoritas. Y cuando esa persona sin hogar te pide un cambio extra, tu instinto natural es decir que sí, por supuesto, pero luego de repente te das cuenta de que no llevas dinero porque no tienes dinero extra para gastar.
4. La deuda te quita tu derecho a ser flojo
Ahora no es el momento de simplemente sentarse y esperar que ganes la próxima lotería de Powerball. Salir de la deuda requiere acción. Además de establecer y mantener un presupuesto, también necesita encontrar formas de ganar dinero extra. Puede convertir su pasatiempo favorito en algo sumamente rentable, cortar césped, sentarse en la casa a cuidar perros o simplemente pasearlos.
En algunos casos, es posible que deba considerar la posibilidad de realizar un intercambio en su trabajo diario de tiempo completo por uno de pago más alto, sin importar cuánto le guste.
5. La deuda te quita tu dignidad
En casos extremos, si ha intentado todo y parece que todavía no puede salir del ciclo de la deuda, es posible que deba tragarse su orgullo y pedir ayuda a un miembro de su familia. O, lo que es peor, vuelva a gatear al banco que rechazó sus repetidas solicitudes de un préstamo de consolidación y pídales una vez más que lo ayuden a encontrar la manera de salir de este lío. Si realmente quieres salir de las deudas, hay muchos recursos que podrán ayudarte. No tengas miedo de buscar ayuda, porque estar endeudado no es solo una carga financiera, sino también emocional, social y psicológica.