Se ha desvelado un nuevo trailer de Ready Player One, última producción de Steven spielberg tras la reciente Los papeles del pentágono que llegará a las salas de Cine a finales de marzo. Para los despistados, se trata de la adaptación de la novela del mismo nombre escrita por Ernest Cline en 2011, el cual sitúa la acción en un futuro distópico asolado por una crisis global que empuja a la población a evadirse de sus problemas en un videojuego multijugador masivo de realidad virtual. En el interior de este OASIS, pues así se llama este videojuego ficticio, se encuentra un easter egg que otorgará una fortuna a aquel jugador que lo encuentre.
Un mundo construido de referencias
Más allá de la espectacularidad visual a la que estas grandes superproducciones de Hollywood nos tienen acostumbrados, lo más destacado de las imágenes que se han podido ver hasta ahora, y presumiblemente lo que será la base de la experiencia que ofrecerá el film final, es el volumen de referencias por fotograma que podemos encontrar. En este último trailer de dos minutos, por ejemplo, ya aparece para tocar la fibra sensible el entrañable robot procedente del espacio de la película El gigante de hierro (The Iron Giant, Brad Bird, EEUU, 1999), clásico del cine de animación que a más de uno le traerá tiernos recuerdos. El mítico DeLorean de Regreso al futuro (Back to the future, Robert Zemeckis, EEUU, 1985) también hace acto de presencia, entre otras referencias a la cultura de los 80 como la furgoneta de El equipo A (The A-Team, Stephen J. Cannell/Frank Lupo, EEUU, 1983-1987), la moto futurista del manga y posterior anime de culto Akira (Katsuhiro Otomo, Japón, 1988) o la fugaz presencia de Chucky, de la famosa saga de terror iniciada con Chucky, el muñeco diabólico (Child's Play, Tom Holland, EEUU, 1988), presentes en los anteriores teasers mostrados.
Spielberg no parece mostrar ningún pudor a la hora de servirse de todos estos elementos para agradar al público más nostálgico. Además parece sacar pecho de algunas de sus películas más icónicas como se puede ver por la introducción del mítico T-Rex de Parque Jurásico (Jurassic Park, Steven Spielberg, EEUU, 1993), o la ya mencionada Regreso al futuro cuya producción corrió de su cuenta.
Pero no solo es del cine y el cómic de lo que se nutre Ready Player One, pues dada la naturaleza de su argumento es natural que gran peso de su ambientación se encuentre sustentada en la referencia, quizás demasiado explícita, al mundo del videojuego. Así se han podido ver en los diferentes vídeos promocionales cameos actuales, como el del Comandante Shepard de la saga Mass Effect, los Spartans de Halo, o el de Tracer de Overwatch, junto con otros más clásicos como Ryu de la saga de lucha Street Fighter y Lara Croft en su diseño de los originales Tomb Raider.
Mirada nostálgica, desde el pasado hacia el futuro
Si se piensa detenidamente tiene todo el sentido que una película así salga a la luz ahora. La popularidad de los videojuegos nunca ha sido tan alta, debido en mayor medida al carácter cada vez más social que han adoptado gracias a los sistemas de multijugador online. A esto se le suma que la tecnología de realidad virtual ya se encuentra a disposición del consumidor, con un ligero abanico de posibilidades a elegir entre el dispositivo de SONY y las HTC VIVE en función del poder adquisitivo. Con esto, Ready Player One no es sino una interpretación distópica de lo que está por llegar, como ya haría George Orwell en 1948, imaginando cómo sería el mundo en 1984 (salvando las distancias).
Lo preocupante es que, al mismo tiempo que el ejercicio de retrospectiva puede ser estimulante y el resultado final satisfacer a los más nostálgicos, esta mirada hacia atrás no es un gesto puntual. Cada año asistimos a una batería de nuevos remakes o reboots, en la mayoría de los casos de calidad realmente discutible, y cabe preguntarse si existe una generalizada falta de inspiración en la factoría de cine americana, ya sea motivada por la pereza, la falta de talento, o la rendición del arte cinematográfico a las demandas del mercado. Solo hay que ver el éxito de una serie como The Big Bang Theory (Chuck Lorre, EEUU, 2007-actualidad) para entender por qué un producto de este tipo, basada tanto en las referencias a la cultura de los 80 y la cultura geek, puede funcionar hoy día.
No es malo mirar atrás y emocionarnos con las maravillas de entonces, pero también es necesario construir el futuro desde el presente, no desde el pasado. Cuestionarse el por qué del reciclaje de viejos iconos e ideas en lugar de la construcción de nuevos modelos. O quizás esto no sea posible, y no seamos capaces de dar un paso sin asegurarnos que los anteriores los dimos en tierra firme.