Lo primero es la comunicación política. Los partidos políticos y sus líderes cuentan con las herramientas más útiles para enfrentarse al reto que no es otro que persuadir al ciudadano. Dichas herramientas nos hacen estar en una continua comunicación con aquello que acontece no solo a nivel local sino también a nivel nacional e internacional. La televisión, la radio y la prensa como medios convencionales y con la aparición de Internet como medio no convencional, donde se ha desarrollado una comunicación online que ha revolucionado la forma de transmitir información por parte de los líderes políticos generando opiniones diversas entre la ciudadanía.
La comunicación política es una actividad totalmente organizada y estructurada que tiene como misión transmitir un mensaje que llegue al ciudadano y tenga la capacidad de captar su atención para seducirlo. El marketing político surge a raíz del avance de las tecnologías de la comunicación y tiene como objetivo utilizar los nuevos medios de comunicación (Twitter, Facebook, Youtube, Telegram, Google+,…) para persuadir al elector. Un ejemplo del uso de estas herramientas está en los partidos emergentes (Podemos, Ciudadanos...).
Las caras más conocidas, los líderes, se paseaban de plató en plató y de radio en radio en las horas y en los programas de mayor audiencia.
Internet y política
No cabe duda que la red ha modificado la difusión de los mensajes políticos.
Si la televisión es un medio unidireccional –del televisor al espectador– la entrada en escena de Internet ha hecho que la comunicación sea bidireccional, es decir, una herramienta para escuchar donde hay posibilidad de dialogar e interactuar directamente con el político al tener presencia en la red. Aún así, este hecho no hace que la transmisión del mensaje deje de lado a las estrategias políticas tradicionales que aún se siguen practicando.
Me refiero a los mítines en las ciudades o localidades, a los encuentros con los diferentes sectores de una localidad (agricultores, empresarios, amas de casa, jóvenes,…), al coche con los altavoces que emiten una cuña publicitaria y otras más. Lo importante es persuadir, captar votantes, en resumen, ganar las elecciones y llegar al poder.
Llamando la atención
La introducción del marketing político en las campañas políticas hace parecer al líder como un “actor” de una comedia. Es palpable la asistencia muchos de ellos que se prestaron a ir a programas de entretenimiento en “busca de audiencia”. Como ejemplo, el caso de Soraya Sáenz de Santamaría (PP) o Pedro Sánchez (PSOE) en el programa El Hormiguero de Antena 3 cantando, bailando y prestándose a hacer cosas inverosímiles.