Cuando la vida parece que no nos corresponde... Es un sentimiento doloroso. Hay personas que trabajan mucho y obtienen pocas ganancias; o al menos eso pensamos. Hay personas que trabajan poco y obtienen muchas ganancias; o al menos eso pensamos.

Bueno, dejemos eso a un lado, algo que tal vez sólo son suposiciones. Aquí hay que hablar de realidades contrastadas; o mejor dicho de opiniones contrastadas.

En los tiempos difíciles, es cuando se ve la pasta de la que usted está hecho. Es entonces cuando tiene que echar mano de lo poquito que sabe o ha aprendido para lograr salir a flote, a la superficie; esto no tendrá que hacerlo, lógicamente, cuando el tiempo vaya a su favor: cuando va a su favor, poco ha de hacer para mantener la sonrisa.

Pero es mas más difícil sonreír cuando el viento nos sopla en contra. Pero, ¿por qué sonríe? Porque puede hacerlo. ¿O no?

Pero vamos a la peor parte. Es cuando le sopla en contra el viento cuando tiene que hacer dos cosas: primera: no dejarse vencer por la situación; segunda: usar lo poquito aprendido para salir adelante. Ese poquito aprendido pueden ser los consejos de su abuela; la enseñanza de su novio; el contenido extremadamente positivo que hoy en día se vierte en Twitter o Facebook. Porque, sí: hoy en día las Redes Sociales exponen un sinnúmero de pensamientos tan positivos como las personas que ponen esos posts. Yo no estaría aquí sin ellos, se lo aseguro. Ellos me han forjado a hierro, sin ánimos a sonar pedante.

Porque usted debe estar forjado a hierro para hacer sus sueños realidad; para ser feliz.

Puede aprender de todo, de todas las personas. La información va de persona a persona, como la gripe (disculpe la metáfora, no debí haberla utilizado). Todo lo que sabemos y que podemos emplear en los momentos difíciles lo hemos aprendido de otra persona.

Piense: ¿con cuántas personas se ha topado a lo largo de su vida, o ha convivido con ellas? En el catecismo, en el colegio. En la Secundaria o simplemente en las clases de tango. Todos están ahí para enseñarle algo; si esas personas no hablan, fíjese. Siempre le están enseñando algo.

Ya para terminar, quiero romper una lanza a favor de las personas discapacitadas.

Créame: hubo una época en mi vida en que todo me iba muy mal, y siempre me cruzaba con transeúntes que iban en sillas de ruedas. Acabé sacando la conclusión de que la vida me estaba enseñando. ¿Qué? Lucha, Mar. Jamás te rindas. Haz lo que hacen ellos cada día.

Luche. Aunque tuviera que luchar con una nación entera (cosa que, presumo, no va a suceder).

Luche.