Ante los acontecimientos de Cataluña, a pesar de no ser español, más que por la genética no reconocida de mis abuelos, no tengo otro sentimiento que la “tristeza”.
He vivido experiencias similares, “el adoctrinamiento en las escuelas”, “la información escasa y manipulada”, “la obligatoriedad de lo voluntario”, “la falta de libertad de expresión”, “la creación de un enemigo estereotipado”, “la división entre compatriotas”, “la expulsión de las empresas” “las alianzas con países iguales”, “la universidad para los revolucionarios”, todo ello y más, a muchos de mi generación nos marcó una ceguera, que al día de hoy ha influenciado nuestras vidas y la vida de nuestros descendientes; nos justificamos, porque teníamos y muchos aún tienen, manipulada la información y los que hoy podemos revisarla, interpretarla, nos avergonzamos, de nuestra falta de cultura informativa, de nuestra falta de criterios y nos sentimos culpables del país que les dejamos a nuestros hijos, lleno de miseria, de represión, de promesas incumplidas, pero sobre todo, con un atraso tecnológico, que durará años intentar recuperar y con la falta de garantías de un futuro mejor, porque independientemente, que durante muchos años se haya culpado y en nuestra ignorancia sigamos haciéndolo, a un gobierno vecino o sus hipotéticos cómplices, es sencillo: “al final, el resultado no cambia”.
Ya he constatado, la fractura social, donde, algunos, inspirados por los dominantes, atacan con actos de repudio a los otros, tiran huevos gritando "patria" y con destacamentos de respuesta rápida, reprimen a los que piensan distinto, aun cuando se manifiesten pacíficamente, he vivido la falta de libertad, la falta de comunicación entre familias y amigos, por sus diferencias ideológicas, la expulsión de los que piensan distinto del país que los vio nacer y donde han perdido todos sus derechos, he vivido la criminalización de las relaciones entre familiares de acuerdo a la orilla del mar donde se encuentren, la represión oculta de las creencias religiosas, la huida de millones, por cualquier vía, las muertes en el estrecho mar, he vivido, el desastre social del totalitarismo.
Hoy, luego de muchos años de todo este estilo “divides y vencerás”, les puedo asegurar que el resultado de lo que conozco, no ha podido ser peor, pobreza, miseria, atraso, destrucción, corrupción, falta de garantías sociales, más allá, de los lemas o discursos optimistas, llenos de falta de realismo, para los propios ciudadanos que lo escuchan, pero sobre todo para confundir el mundo.
Puedo ver el parecido, de aquella realidad y de otras en las cercanías y lejanías, que bajo el manto del “Nacionalismo” han llevado a pueblos ricos a la miseria, donde unos pocos poderosos, viven al más grande estilo capitalista salvaje, mientras reprimen a una mayoría a la que solo se le pide sacrificio y se trata como esclavo en nombre de la patria.
¿Por qué, va a ser distinto Cataluña?, hoy en el mundo, todos intentan derribar fronteras y formar bloques sólidos para enfrentar la globalización, incluso, en países donde el nacionalismo enfermizo, sirve, para dividir a su pueblo usando la palabra "independencia" y mantener una dictadura disfrazada en nombre de los pobres.Los que hoy, intentan poner fronteras; lo consiguen, pero entre las familias, entre los amigos, entre el ser humano y eso aunque nos pese y nos duela, se parece mucho a los que otros ya hemos vivido, donde gobiernos y sus gobernantes, han pasado, pasan y pasarán a la historia, como una utopía, que resultó en desastre.
Todos estos procesos se parecen mucho al que vive hoy, ante los ojos incrédulos del mundo, uno de los pueblos pilares de desarrollo económicos y tecnológico, nuestra querida Cataluña dentro de España, donde una parte de la sociedad quiere independizarse, de la otra, de sus padres, de sus hijos, de sus amigos, pero sobre todo, del futuro, de la posibilidad de subsistencia del ser humano, porque no hay una sola razón para pensar que con ustedes, va a ser distinto.