Es muy recurrente que en medios de comunicación, redes sociales y en el tránsito de nuestra vida cotidiana encontremos algunas frases repetidas en relación con las demandas feministas. Suelen venir con algún deje de prepotencia, o quizás con falta de conocimiento, es por esto que espero que esta nota llegue a algunos de aquellos que utilizan estas ideas como trinchera contra el cambio y que la tomen con humildad, así como yo la escribo.

1.-Ni Machismo ni feminismo, yo quiero igualdad.

El machismo es un orden que actúa, al igual que muchas otras manifestaciones del poder, a través de diversas capas y esferas.

Por ejemplo, podemos ver que en términos económicos existen brechas salariales o que en política predomina la presencia masculina (y que se decide sobre las decisiones que pueden o no tomar las mujeres). El feminismo plantea que diferencias como estas desaparezcan y que se establezca un equilibrio de derechos, de oportunidades y de consideraciones. Por lo tanto, si quieres igualdad, está bien utilizar la palabra feminismo.

2.-Mueren más hombres que mujeres al año.

Esta cuestión es un hecho que suele plantearse como argumento contra el feminismo. El error es pensar que el feminismo no atañe a los hombres. Las tasas de suicidio masculino son muy elevadas, muchas veces por la presión social que se ejerce sobre ellos en el ámbito económico, laboral y profesional, y por la debilidad que presupone en ellos el compartir sus angustias y preocupaciones.

Y este también es un problema del machismo, puesto que empujan a los hombres a una competencia salvaje y agresiva, además de una represión de sus emociones y de actitudes violentas que terminan en peleas y asesinatos mutuos.

De todas formas, si lo que querías criticar con ese argumento es la expresión "Femicidio" es algo totalmente diferente, puesto que ese concepto se utiliza cuando el asesinato ocurre por el hecho de "ser mujer".

Es decir, cuando quieren ser utilizadas sexualmente o se percibe sobre ellas cierto sentimiento de dominación o posesión, y se les trata como una cosa prescindible en vez de como una igual.

3.-Las mujeres biológicamente son menos capaces.

Este es de los más bestiales y menos elaborados. Se suelen decir cosas cómo "¿por qué no hay tantas científicas mujeres?" o "una mujer nunca correrá tan rápido como Usain Bolt" o "las mujeres no son tan fuertes".

Este tipo de situaciones tienen que ver con la forma en que se ha constituido el mundo desde la antigüedad.

Las mujeres tienen mayor dificultad de acceso a estudiar carreras científicas puesto que estas están pensadas para hombres y dentro de la misma comunidad científica existe un componente machista que intenta mantenerlo así.

Los deportes en general están pensados por y para hombres, por lo que muchos de estos requieren capacidades que aparentemente caen mejor en los hombres. Si los deportes olímpicos tratasen otro tipo de destrezas o estuvieran enfocados de manera igualitaria se diría también que "un hombre nunca será tan buen gimnasta como Nadia Comaneci".

Por último, pareciera que la fuerza solo está enfocada en rasgos físicos, cosa en la que supuestamente los hombres tienen ventaja.

Pero esto también es relativo y depende mucho de la crianza y las cosas a las que te dediques a jugar de niño o las actividades que realices de joven. Algunas tribus de la selva amazónica, por ejemplo, presentan la fortaleza física en las mujeres, quienes realizan el trabajo de caza mientras los hombres recolectan frutas y semillas.

4.-Andaba con falda, sola y de noche: se lo buscó.

Con respecto a esto no hay mucho que decir. No puede ser que las víctimas sean al mismo tiempo las culpables si el culpable ya existe. A los hombres no se les recrimina con tanta fuerza el hecho de andar solos o de noche o mostrando el pelo en pecho y los músculos de los brazos y piernas. "Pero se sabe que hay psicópatas por ahí" pues quejémonos contra ellos y eduquemos mejor a nuestros hijos, que nadie tiene porqué coartar sus libertades por miedo.

5.-Era una broma, no tienen sentido del humor.

Esta es de las situaciones más recurrentes en el mundo. Hemos construido un lenguaje que vuelve graciosa las ofensas y el humor negro, dando pie a que abusemos lingüísticamente de quienes ya son abusados por la forma en que se ordena el mundo. El humor peyorativo contra los marginados, los invisibles y los violentados nunca debiese ser considerado como humor. Nunca es "solo una broma" porque entre bromitas los niños crecen pensando que las niñas no tienen que ser tomadas en serio, que son accesorios o trofeos, que son débiles y menos capaces. Y eso es crear un mundo desigual.