El español, o castellano si lo preferís, es un idioma que no tiene género neutro. Para referirse a lo neutro se utiliza, generalmente, el masculino de las palabras: "Los diputados votarán en el Congreso". Esta frase se refiere a que diputados de ambos sexos (porque género solo tiene la Lengua), van a votar alguna ley en el Congreso. Hombres y mujeres que ocupan este cargo decidirán si se aprueba o no la ley, y para englobarlos y construir la oración utilizamos el genérico, es decir, el masculino, como así lo estipulan las reglas de la Real Academia Española.
Ocurre lo mismo con construcciones como "Los ciudadanos se preparan para nuevas elecciones", "Los turistas prefieren la playa en verano", y un sinfín más.
Con el auge del movimiento feminista en estos momentos, se ha planteado la posibilidad de que el idioma, la lengua de un país, es sexista, ya que al no tener género neutro, directamente se engloba a hombres y mujeres bajo el término masculino. Y digo yo, ¿qué problema hay? En latín existía el género neutro, en alemán existe el género neutro, el inglés tiene género neutro, pero el castellano, idioma que proviene del latín, perdió el género neutro en la evolución a lo que hoy conocemos. ¿Es el idioma machista o sexista? No. Sexistas son las personas, la sociedad.
Pero utilizar "los ciudadanos" en lugar de "los ciudadanos y las ciudadanas" o "los españoles y las españolas" es absurdo, es una pérdida de tiempo. El doblete no es correcto en nuestro idioma, al igual que no es correcto referirse a un conjunto en el que hay hombres y mujeres bajo el término femenino. Y eso no es sexista, es una regla gramatical que tiene el idioma.
Últimamente no hago más que ver en redes construcciones imposibles como "todxs" o "tod@s", impronunciables, equivocadas, aberrantes para nuestro idioma que, dicho sea de paso, es precioso. Con la excusa de que eso no se puede pronunciar se ha puesto de moda terminar las palabras que se usarían en masculino en "-e", quedando vocablos como "nosotres", "vosotres" y similares, que personalmente, me chirrían cada vez que las veo/oigo.
Me parece que hay cosas mucho más importantes en las que fijarse y que hay que cambiar, más allá de intentar destrozar nuestro vocabulario con este tipo de términos. No hace mucho, la lexicógrafa y futura académica de la RAE Paz Battaner, respondía una entrevista en el diario El País con motivo de su ingreso en la Real Academia Española. Una de las preguntas era qué opinaba sobre esta cuestión del género en la sociedad, y ella contestaba que no era lo más importante que tenía que cambiar nuestro diccionario, que el masculino incluyente (ese que engloba a toda la población, tanto hombres como mujeres) es el que debe utilizarse, ya que utilizar otro género puede llevar a graves confusiones. No digamos ya inventarnos términos o un nuevo género (esto es de cosecha propia).
Es importante hablar bien, escribir bien, expresarse bien. Hay que fijarse en otras cuestiones mucho más importantes, hay que solucionar las cosas más graves, y hay que determinar qué es Machismo. Y desde luego, el género de una palabra no es machismo.