Mientras las noticias sobre Cataluña nos asedian en distintos ámbitos, hay una parte de las mismas que es especialmente preocupante. Las relacionadas con la educación.

Artículos como la entrevista realizada por El Mundo al inspector de educación en Barcelona, Jordi Cantallops, que denuncia el adoctrinamiento generalizado en los centros educativos, y noticias como la recogida por Europa Press el 11 de octubre Educación alerta de que el acoso a niños no independentistas se ha incrementado exponencialmente tras el 1-0”, ponen los pelos de punta. Exponen la manipulación, el adoctrinamiento y el maltrato psíquico y educativo al que están sometidos muchos niños en Cataluña.

Estos hechos son inaceptables y deberían ser repudiados por toda persona decente y con dos dedos de frente, ya sean independentistas o no. Lo más preocupante es que están siendo permitidos y alentados por centros y profesionales de la educación, como refleja ese cuento infantil en el que al final se mata al Rey y a los policías malos

Puedo entender el sentimiento independentista. Lo que no puedo comprender es la construcción de una futura sociedad compuesta por personas a las que se les ha enseñado a odiar. Se les ha enseñado que señalar y castigar al que piensa diferente y a sus hijos, es lo correcto. Un ejemplo de ello, es el profesor que le reprochaba al hijo de un guardia civil en mitad de clase “Estarás contento con lo que hizo tu padre ayer”.

Por suerte, no todos los profesores son así, y quiero pensar que son mayoría los que anteponen una educación sana y responsable a los intereses separatistas. Esto no quita que sea inaceptable que existan profesores que tengan tal carencia de ética profesional y humana, aunque solo sean unos pocos.

El futuro de Cataluña

Lamentablemente la palabra "fascista", ha sido tan utilizada por la revolución independentista, que ha calado en parte de sus promotores, incluidos algunos profesores, y han comenzado a adoptar sus tácticas.

Desde aquí quiero elevar unas preguntas a los independentistas, y en particular a los docentes responsables de los escándalos descritos arriba.

¿Queréis que en una futura Cataluña independiente se señale a los disidentes con estrellas en la chaqueta como hacían los Alemanes con los judíos?

¿Queréis que en la “Gran República de Cataluña” la policía detenga a todo aquél que no sepa recitar el cántico de turno como pasaba en la España de posguerra?

Yo desde luego que no. Por ello pido a los encargados de la educación en Cataluña, a padres y profesores, a centros e instituciones, que eduquen con Responsabilidad, desde el respeto y el librepensamiento, que mantengan a los niños al margen de estas batallas entre llamamientos a la unidad y llamamientos a la Independencia y les enseñen humanidad.

¡Gracias a todos los que ya lo hacéis!

Recordad, que ellos serán el futuro de Cataluña, sea o no sea independiente. Son los futuros políticos, policías, profesores y periodistas, pensad bien en qué manos queréis dejar el futuro catalán, pues las estáis formando ahora.