El anterior presidente de la Generalitat, Artur Mas, decía: “Cataluña es España” poco antes de la deriva independentista que acabó con Convergencia y Unió, su antiguo partido. El mismo Mas que inició el proceso secesionista que nos ha traído la situación actual con un referéndum ilegal a las puertas de un enfrentamiento civil entre catalanes por un lado, y la Generatlitat y el Estado por otro. Mientras el resto de españoles contemplan asombrados este lamentable espectáculo a lo “Thelma y Louise”.

Inés Arrimadas dio en el clavo al advertir que los autores de la autorización para el referéndum por la independencia eran en el fondo “más españoles que Curro Jiménez”, arrollando a la oposición a las bravas cual vulgares bandoleros sin respeto a la ley, pero se parecen más a quijotes temerarios y alejados de la realidad al imponer sus puntos de vista, aunque esto no cuadre ni con los hechos constatables ni con las normas vigentes, para quienes el 44,3 por ciento, según datos de la propia Generalitat, es una mayoría social suficiente para justificar el separatismo.

Menos política y más aritmética básica es lo que necesita España, que va a la cola de Europa en resultados académicos, no deja de recordar cuando un antiguo alcalde de Gibraltar aseguraba “Nozotroz zomoz inglecez” y se quedaba tan pancho el tío.

En el plano económico, la deuda catalana ha subido más del doble en los últimos años, lastrando el enorme esfuerzo realizado en el resto del país para superar la crisis, pero esto no es un problema para los independentistas enloquecidos, quienes cabalgan sus contradicciones como Pablo Iglesias, mientras culpan al gobierno y claman contra la figura representativa del Jefe del Estado, Felipe VI. Por lo visto también sacaron mala nota en Historia, la Primera República sumió a España en un caos interno y militar sin precedentes después del derrocamiento de Isabel II, y la Historia también nos enseña lo que sucedió tras la siguiente república española: otra vez se abrió la caja de los truenos.

No tentemos a la suerte de nuevo, quien ignora los hechos pierde el rumbo.“Siempre ha habido analfabetos, pero ahora salen de las universidades” dice la escritora María Elvira Roca. Sin embargo, estamos ante una buena oportunidad para que la democracia española salga fortalecida de este histórico desafío, como lo hizo tras el intento del golpe de estado del 23-F. Porque somos una nación y tenemos corazón.