Muchas veces descartamos ideas, opiniones, por la fuente de donde provienen. Elegimos un bando como si de una guerra se tratase, elegimos ignorar a otros; no escuchar lo que dicen, se menosprecia su palabra.

Y como en una guerra juzgar a otros se convierte en lo normal, rechazamos a otros porque su actitud no nos "convence", es algo natural. Lo que no puede continuar siendo normal es que se odie a otro a muerte, no puede ser normal que alguien le desee a otro todas las malas circunstancias de la vida solo por verle siendo miserable.

Cuando usted decide ofender a otros por sus comportamientos, ritos, cultura, color de piel...solo esta mostrando que tiene una carencia.

Y uno de los criterios de ofensa es la religión, la creencia, la fe que se practica. En Colombia, un país de mayoría católico, puede sentirse esa diferencia.

Sin embargo, el mayor representante de la iglesia católica está en Colombia como parte de su gira apostólica, desde el 6 de septiembre visitará diferentes puntos de Colombia, entre ellos Bogotá. Para muchos solo su presencia ya es motivo de indignación, solo con verle en la pantalla del televisor ha sido motivo de enfado. No por sus mensajes, ni por sus maneras. Sino porque los prejuicios son tantos que no permiten que alguien "piense, crea o sienta " diferente. Como si con esa actitud edificaran una mejor vida.

En redes sociales se puede ver reflejado esa alegría de muchos y el sin sabor de boca para otros.

Las publicaciones son la muestra de esa "división", es juzgado quienes publican en favor de la visita y quien publica en contra lo es por quienes creen. La irritación que causa su figura, ha hecho que agredan a quienes por una razón u otra creen en él. Y guste a unos y desagrade a otros

El papa Francisco esta en Colombia

Innumerables son los sentimientos y opiniones que se han formado.

Pero si algo es claro es que su mensaje ha estado enfocado en los consejos para la construcción de una vida mejor, de los jovenes :

"No hay que dejarse vencer, no hay que dejarse engañar, que nada les robe la alegría ni la esperanza. No pierdan la sonrisa"

No soy católica y lo que menos importa, siento, es mi dogma. Creo en las palabras que Francisco dice, en lo que busca transmitir, en lo que pueden generar.

En ese ser humano que busca difundir cordialidad, amor, para hacer del mundo un lugar cada vez mejor.

Tenemos la capacidad de ser cada día mejores, hagamos lo que esté en nuestras manos, sea usted feliz y ayude en su camino a ese al que llamamos otro sea feliz.