Con estos dos últimos atentados producidos en Barcelona (España) y Turku (Finlandia), ya son cientos de ciudades sacudidas por los actos terroristas en todo el mundo. Últimamente, se producen de forma que es difícil de detectar. Pues son producidos por personas que en ningún momento han dejado ver una atracción por el terrorismo. Y muchas veces son actos casi impredecibles

Sin lugar a dudas, algunos de ellos fueron realmente terroríficos, no obstante, aunque al estar en Europa nos fijamos más en ella, no es la más afectada por estos ataques. Puesto que la mayoría de las víctimas que sufren de estos repentinos desgarros de furia y odio del conocido "Estado islámico", es la propia comunidad musulmana.

Demostrando así, que éstas células terroristas, no respetan, ni su propia religión.

No a la islamofobia, sí a la unidad y cooperación

El otro punto de vista a destacar, es la "islamofobia" que cada vez crece entre las poblaciones. Sin embargo, la realidad contradice esto. Teniendo en cuenta que la mayoría de los terroristas que han dejado su tormento en cada una de las ciudades y países, son de origen islámico, a muchos hace pensar que son así todos. Pero no, la comunidad musulmana no es terrorista, no es odio, no es guerra ni tampoco es desprecio. Los practicantes de ésta religión, desconocen las palabras terrorismo y asesinar. A pesar de ello y por desgracia, se sigue generalizando con toda la población musulmana, precisamente ésto es lo que se intenta conseguir con los movimientos terroristas.

Pero se debe evitar este inútil desprecio.

Por ello, ahora más que nunca, no ha de haber fronteras entre nosotros, no hay que cerrar los brazos unos a otros. Y sobre todo, hay que permanecer unidos. Sin importar la religión, o las creencias, o las costumbres, o la forma de vestir, o las culturas. Todo aquello, es lo de menos pues absolutamente todos, somos iguales ante los ojos de "Dios", "Alá", el más allá del budismo, los dioses de la antigua Grecia o el ateísmo.

Éste es un momento en la historia donde la actualidad no es un tema de religiones ni de dioses. Es, sin duda, una cuestión de humanidad, moral y ética.

Con respecto al terrorismo, por mucho temor que intenten implantar, por mucho daño que intenten causar, la sociedad permanecerá fuerte y unida ante cualquier Atentado. Porque esa es la esencia de la vida, luchar cada día, sobrevivir y no rendirse ante nada. Ahora, más que nunca, fuerza y unidad a todas y cada una de las personas que pueblan este mundo. Unidos contra el terrorismo, unidos por lo humano.