Una vez conocí a una persona que repetía incesantemente "no puedo". Padecía de una elevada ansiedad. Bueno, era deprimida clínica.
Los seres humanos tenemos sueños. Todos. No podemos negar esto. No podemos negarnos a nosotros mismos. Nuestros Sueños son el motivo de que nos levantemos todos los días más temprano; pero también son la raíz de nuestros nervios, manías y quizás bastantes enfermedades. Los sueños, en el ser humano, son necesarios e imperecederos porque son inherentes a su naturaleza. Soñar (y soñar a lo grande) es un privilegio de los humanos, un privilegio de esos pocos que nadie puede arrebatarnos.
El problema es cuando deseamos algo pero cuando a su respecto repetimos incesantemente "no puedo". Ahí se produce el cortocircuito, y la electricidad que estaba por pasar no pasa: "No puedo alcanzarlo, no puedo, no puedo. Es demasiado difícil, está más allá de mis posibilidades, no me lo creo..." Pues eso es lo que obtendremos. Más incapacidad cuando volvamos a intentarlo. Porque usted, simple y llanamente (como ya sabrá, no hace falta que yo se lo diga), cosecha lo que siembra. Y la convicción de "puedo" puede ser la diferencia entre un sueño soñado y otro logrado.
Puede. Claro que sí. Si usted tiene un sueño (que lo tiene), y no lo alcanza, prueba a cambiar su diálogo interno, su diálogo consigo mismo; para comenzar, pruebe a pensar que puede.
En todo lo que se ha conseguido a lo largo de la historia humana ha tenido mucho que ver esta potente palabra. Si veo que no puedo, con un simple cambio de actitud hacia el puedo, podré al final. El inconsciente (repito) le repetirá puedo o no puedo en el momento de la verdad según sea ese su diálogo mental habitual.
O sea, para poder, basta con convencerse.
Puedo, puedo, puedo... Una palabra definitoria. Pero sea sensato: tampoco es omnipotente. Para eso ya hay alguien en las alturas. A propósito, y ya para concluir: todos pensamos que podemos ser valientes cuando de verdad podemos serlo, pero no pensamos que podemos ser valientes cuando no podemos serlo. Usted va a ser valiente también cuando no pueda serlo. En definitiva, sea valiente siempre.
¡Verá que puede hacerlo!