No podemos negar en nuestros días el hecho de la virtualización de los Libros como un canal de distribución exponencial de las obras. Sin duda (con sus pros y sus contras), estamos viviendo en un contexto, una etapa histórica sin precedentes en la promoción y divulgación de las obras. Dicho esto desde el punto de vista de la velocidad y capacidad de acercamiento a lectores potenciales. La tecnología digital pone, literalmente, en nuestras manos, mediante un dispositivo, determinado libro; además, a un módico precio. El acceso a los libros se vuelve horizontal en todas las variables posibles.
Es necesario señalar que otro momento histórico que resultó de gran relevancia para la difusión de las ideas, pensamientos y narrativa fue el nacimiento de la imprenta. Como todos sabemos, este hecho permitió que una gran cantidad de personas tuvieran acceso a los libros, de manera paulatina y gradual. En principio el tener un ejemplar se dio de manera vertical. Los precios eran algo elevados, la producción de ejemplares un poco costosas y existía un alto porcentaje de analfabetas.
Lo anterior refiere a la forma cultural del libro. En lo que concierne al fondo de dicho fenómeno, se presentó una lucha innegable entre la llamada tradición oral de las ideas y de hechos transmitidos mediante una narrativa de boca en boca; que se enfrentó a una floreciente clase de lectores.
Se fue presentando lo que se llamó dialéctica entre la oralidad y la escritura de la palabra. La memoria va tomando forma en el contexto cultural.
En los libros que van surgiendo de la imprenta, las obras de carácter filosófico y literario, van a ocupar un lugar importante en el colectivo cultural. A fin de cuentas, es el pensamiento reflexivo y creativo, el que alimenta las inquietudes humanas que se satisfacen, en cierto sentido, en la lectura de dichas obras.
Y al mismo tiempo, plantea nuevas inquietudes filosóficas y posibilidades narrativas. La literatura participa con igual fuerza que la filosofía. Se complementan, aun cuando pueda parecer un poco divergente.
Una obra literaria nos permitirá adentrarnos en un mundo de fantasía que se logrará mediante la narración que obedece a la implementación de ciertos recursos literarios propios de diversas propuestas de la teoría literaria.
Por supuesto que cada uno de los libros, tendrá su propio enfoque y perspectiva de abordar determinada situación o problemática, sin olvidar, bajo ningún pretexto que (como escritor o lector), debemos participar en la meditación y/o reflexión de lo que se proponga. Jamás se debe de obviar que una buena literatura, debe poner al escritor, bajo un escrutinio personal, con su integridad intelectual.