La solución de problemas consiste en determinar cuál es la manera adecuada para alcanzar cualquier objetivo. A veces nos topamos con obstáculos y barreras que a veces nos creamos nosotros mismos y es imposible resolver nuestros objetivos de la mejor manera posible.
A continuación describo tres de los principales obstáculos que se nos interponen en nuestro camino para solucionar un problema y algunos consejos sobre cómo evitarlos. Estos consejos son aplicables tanto al ámbito laboral, educacional o en la vida diaria de cualquier persona.
- La fijación mental es un tipo de fijación por la cual un individuo intenta solucionar un problema de la misma forma que lo solucionó en el pasado.
La mejor estrategia para romper con esta fijación mental es tener una mentalidad flexible y abierta e intentar cambiar nuestra manera de pensar para poder resolver los problemas de una forma nueva y quizás más productiva. Se trata de ver de un modo nuevo los elementos del problema.
- Falta de motivación y persistencia. Es necesaria una motivación intrínseca para afrontar problemas y ser persistente en la búsqueda de una solución. La falta de esta motivación provoca que se produzca una evitación de problemas o rendirse con demasiada facilidad. En el momento que no nos encontremos con la motivación y las ganas de seguir adelante, podemos intentar solucionar el problema en otro momento en el que nos encontremos más capaces.
Seguir adelante sin una motivación hará que tengamos un sentimiento de agotamiento que no nos va a ayudar en absoluto.
- Control emocional deficiente. Las emociones pueden ser facilitadoras o limitadoras en el proceso de solución de problemas. Además de estar motivadas, las personas debemos ser capaces de controlar nuestras emociones y concentrarnos en encontrar una solución al problema.
La ansiedad o temor excesivos pueden limitar especialmente la capacidad de la persona para resolver un problema. Es muy importante perder el miedo a equivocarnos e intentar una y otra vez conseguir nuestros objetivos.