El término daimón usualmente carece de traducción debido al trasfondo significativo que el griego, y muchos otros idiomas, posee. Por ello, cuando se quiere uno acercar al concepto, probablemente las fuentes muestren una traducción parcial, a saber que daimón puede derivar en las palabra genio del español.

La concepción del 'daimón' a lo largo de la Historia de la Filosofía

Las connotaciones de este término han ido trasmutando a lo largo de la labor filosófica clásica. Unos consideraban que el daimón era la fortuna o la desgracia cuando éste se aplicaba a la vivencia humana o, por el contrario, un ser intermedio entre los Dioses y el hombre.

Sócrates plasmado desde el ideario platónico, también dedicó tiempo a esta cuestión, concluyendo que daimón era la voz interior a la que se escucha y además espera ser obedecida. No resulta inusual que llegase a dicha solución, ya que el propio concepto poseía atribuciones religiosas pues, aparte de genio, también se puede expresar dicho término como "el destino de cada cual"; un destino que se consideraba divino en tanto que era asignado por los Dioses.

Por ello, si se da el determinismo divino, es necesario al mismo tiempo una fuente que haga cumplir dicho plan, surgiendo así de un mismo concepto dos vertientes: el propio destino y el guía/genio del hombre. A su vez, daimón puede expresarse sin ninguna pérdida o modificación de su significado como demonio, que está estrechamente vinculado con el término griego eudaimonia (felicidad) que se traduce a su vez como "tener daimón o demonio", es decir un genio o guía alado como Las Ceres.

La visión del demonio en la Antigua Grecia

En la Antigua Grecia, la visión respecto a los demonios o el demonio era neutra, carente de cualquier valoración moral como el bien o el mal, contemplando únicamente como un espíritu o poder divino.

El demonio era un intermediario entre el Inframundo y el Mundo terrenal, llevaba información de los hombres a Hades y viceversa.

De hecho, el Inframundo, junto al demonio, será posteriormente desvirtuado y vinculado con la corrupción, negatividad y maldad en "La Biblia Septuaginta" la cual estaba compuesta por múltiples traducciones del Tanaj (Biblia Hebrea) al griego, basándose fundamentalmente en midrasim místicos judaicos como el Dibbuk o el Golem.

Sin embargo, el Inframundo griego carecía de esta visión tétrica, sino todo lo contrario, ya que una vez acontecía la muerte al hombre, este tenía que viajar allí con la finalidad de encontrar su reino correspondiente, pues el Inframundo se subdividia en cuatro zonas distintas: el gran foso del rtaro, el territorio de los muertos, las Islas de los Bienaventurados y los Campos Elíseos, donde deparaban los mortales según su virtud.

El Inframundo en la Edad Media

En la Edad Media, con el auge de las religiones monoteístas y en especial la noción judeocristiana, la visión del Inframundo deriva en lo que actualmente se conoce como Infierno. No obstante, fue la cosmología aristotélica característica de la época, la que sirvió de inspiración a Dante Alighieri para escribir "La Divina comedia" y aportar nuevamente una visión clásica y literaria del Inframundo griego.