Paul Auster es innegablemente uno de los autores más seguidos de la actualidad, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (2006) y su nombramiento como Caballero de la Orden de las artes y Las Letras de Francia (1992) son algunos de sus mejores avales. En su novela “Sunset Park”, Morris Heller era uno de los protagonistas que mantenía que “los escritores no deberían hablar con los periodistas”.

Sin embargo, en ‘Una vida en palabras’ Auster se desnuda respondiendo a las preguntas de la profesora de la universidad de Copenhague, I. B. Siegumfeldt, la relación de amistad que les une y la oportunidad de reparar chirriantes errores en los más de 40 Libros que se han escrito sobre su obra, le han animado a ello.

Auster busca la oportunidad de corregir los errores que se han escrito sobre su obra

Especialmente le interesa corregir los errores sobre sus obras autobiográficasLa invención de la soledad”, “El cuaderno rojo” y “A salto de mata” de las que se dijo que eran obras de ficción. Y también su presunta influencia sobre la obra de su esposa, la escritora Siri Hustvedt, de la que dice que es la verdadera intelectual de la familia y quien le inició él en los estudios sobre el psicoanálisis.

Auster ofrece una biografía literaria a golpe de preguntas

En ‘Una vida en palabras’ podemos entrever su biografía, el accidente que a los 14 años le hizo ver morir a un niño alcanzado por un rayo, su decisión de convertirse en escritor a los 16 años, la muerte de su padre que dio lugar al que considera su primer libroRetrato de un hombre invisible’.

Sus problemas económicos por su determinación de ser escritor.

Pero también y esto gustará especialmente a sus admiradores que buscan seguir sus pasos, la obra es un ejercicio de análisis de su escritura, una manera de desgranar el proceso creativo que ha ido dando forma a su complejo mundo literario. Y su conclusión final, en sus propias palabras: “siempre tendrás la impresión de que has fracasado” pero te esfuerzas en seguir escribiendo.