Albert Dupontel es un actor muy conocido en Francia, no tanto fuera de sus fronteras. Conocido por películas como Irreversible o Dejad de quererme, ha tenido en 2018, su año al haber dirigido, escrito e interpretado la película Nos vemos allá arriba (Au revoir là-haut, 2017), por la que ha sido galardonado con el César al mejor director y guión adaptado junto a Pierre Lemaitre, además de otros premios, que viendo el filme se entiende a la primera, como mejor fotografía, decorados y vestuario.

Así, Dupontel nos ha regalado esta película que se estrena este viernes en los cines de España.

Una adaptación de una novela de Pierre Lemaitre, coguionista también, que narra la estafa de dos excombatientes franceses de la primera guerra mundial consistente en vender monumentos a los caídos en la guerra, para luego quedarse con el dinero y por supuesto no entregar estatua alguna. Pero la historia, evidentemente no se queda aquí. Hay mucho más.

Lo que cuenta en realidad la película

Antes de volver a la historia, centrémonos en uno de los aspectos que hace que la película sea una delicia y que no es otro que la envoltura de “Nos vemos allá arriba”. La fotografía te atrapa desde las primeras secuencias en las duras trincheras del frente occidental de la primera guerra mundial, una mezcla de crudeza por sus escenas de combate y la belleza, no solo de la fotografía sino también de la dirección artística.

Luego, conforme va avanzando la historia, las localizaciones en las que se desarrolla la trama te sumergen en el Paris de la postguerra, y el vestuario en todo momento está en consonancia con estos aspectos además de todo lo relacionado con las máscaras del protagonista, el atormentado Edouard Péricourt.

Un soldado discapacitado con un talento artístico inconmensurable junto a su compañero de trinchera, Albert Maillard inventan una estafa que esconde en realidad una sed de justicia y de reparación ante lo que el estado ha causado a toda una población al implicarla en una guerra inútil.

Y es que la estupidez de la guerra, y de los canallas que la fomentan y se benefician de ella, está presente en todo momento en el filme.

Los damnificados de la guerra

Los dos personajes principales de la película son dos víctimas a su manera del conflicto. Francia ha ganado, pero ¿acaso la han ganado sus soldados?. Lo que les espera tras la vuelta no es lo que dejaron a su paso cuando se marcharon a pelear.

Maillard pierde su trabajo, su novia y se aboca a la miseria mientras cuida de Péricourt, que ha abandonado toda esperanza por su situación. La sociedad que los empujó a luchar, ahora les da la espalda, y ellos deciden tomarse la justicia por su mano ante un estado que le ha dado la espalda y un sistema corrupto que se beneficia de las víctimas.

La película en sí es un alegato antibélico en todo momento y las señales que te lo indican van apareciendo, mostrándotelo a la vez que la trama avanza hacia el final. Este viernes tenéis un motivo más para ir al Cine.