Cundo este grupo escultórico se descubrió, se hallaron unas 1486 piezas de arenisca blanca, cuidadosamente enterradas en una zanja, cubiertas por grandes losas y situadas en ladera de la necrópolis de Cerrillo Blanco. En principio, nadie era realmente consciente de la magnitud del hallazgo.

Todo comenzaría a tomar una mayor dimensión, cuando a partir de 1997 se iniciaron las tareas de restauración y el resultado final fue el de 23 esculturas que formaban parte de un conjunto de una gran complejidad y sofisticación técnica.

Una vez terminadas las tareas de restauración, en 1999 se procedió a la apertura de una sala monográfica en el Museo Provincial de Jaén, donde se exponen en la actualidad, por diferentes grupos temáticos definidos por Negueruela: la metáfora animal, los antepasados, las luchas heroicas y los guerreros.

Jinete en pie atravesando con su lanza al enemigo caído

Esta pieza, perteneciente al grupo de los guerreros, representa una escena diferenciada en tres partes.

  • El caballo: aunque no se conservan las patas, se puede apreciar que el animal está encabritado, con las patas delanteras sobre la cara del vencido. Por otro lado, se observa que el caballo se encuentra en pleno esplendor y victorioso.
  • El vencido: éste se encuentra en total desventaja, en el suelo, abatido con la mano pisada por el vencedor y las patas del équido sobre la cara. A su vez, se ve que no tiene armadura, que el escudo está doblado en el suelo y lo único que se puede apreciar es la empuñadura de lo que puede ser un puñal o cuchillo enganchado en su abdomen.
  • El vencedor: se encuentra de pie junto al caballo, amenazando al derrotado con una lanza (hoy inexistente porque es posible que fuera de madera) que saldría por el cuello del vencido. Además, si se observa detenidamente éste se encuentra en todo su esplendor, vestido con un traje de manga corta ceñido a la cintura y armado con armadura de disco, escudo, glebas, espada corta y cuchillo (panoplia). Estos detalles, tener armadura y caballo, nos indican que se trataba de un personaje perteneciente a la élite .

Igualmente, hay que tener en cuenta que estos guerreros luchaban entre iguales, por lo que el vencido era también otro miembro de la élite.

Es más, en esta pieza se puede observar que los protagonistas están utilizando espadas y una lanza, las armas que los nobles. Mientras que el arco, no está presente porque se trata de un arma que era propia de luchas deshonrosas (no era a cuerpo a cuerpo e implicaba distancia).

El guerrero de la doble armadura

Es la única pieza de todo el grupo que conserva la cabeza, la cual se caracteriza por sus dimensiones cuadradas, poseer ojos rasgados con pupilas grandes, nariz recta y boca fina.

Pero, sin duda, uno de los elementos que más llama la atención de esta escultura es el detalle del casco. Éste cubre hasta la nuca, enmarcando todo el rostro y con detalles en espiral en sus laterales en donde, posiblemente, irían insertados adornos de material orgánico.

En lo que respecta al cuerpo, en el torso tiene una cinta ancha en la que se situaría el portacimera en forma de felino y del que solo se conservan las patas delanteras.

A su vez, como protección lleva unos escudos circulares en el pecho y espalda, que se unen con correas y un disco de menor tamaño en el hombro izquierdo.

En cuanto a la vestimenta, presenta una túnica corta con cuello en v, ceñida por un cinturón ancho y una banda a modo de faja que cubre los hombros y se cruza por la espalda. Así como, un brazalete en espiral. En su conjunto, esta pieza representa a un guerrero en plena magnificencia, pues por su casco, la panoplia y la vestimenta, estamos ante un personaje importante y de gran distinción social dentro del grupo.

Griphomaquia

Representa la lucha fantástica entre un guerrero íbero y un gripho, animal mitológico con cabeza, alas, y garras de águila y cuartos traseros de león, introducido en la Península Ibérica por los fenicios y griegos.Simboliza la vigilancia, el valor y en la sociedad íbera se asociaba al mundo de ultratumba en contextos funerarios.

El guerrero aparece con una ligera túnica y cinturón, luchando cuerpo a cuerpo con el animal, al que pretende someter, agarrándolo de las orejas y del hocico. Es decir, a través de dicha lucha el héroe aspira a obtener la fuerza del animal mediante su muerte.

Las claves y teorías en torno al conjunto escultórico

Este es un grupo escultórico que no tiene paralelos en toda la estatuaria íbera, pues hasta el momento es de mayor tamaño, sofisticación y calidad tecnológica. Por tanto, como señala Blánquez, es probable que se tratara de técnicas y tecnología foránea puesta al servicio y gustos del poder interno de Obulco (Porcuna), cuyo objetivo era legitimarse (estatuaria con uso propagandístico de una dinastía).De ahí, que por sus características, algunos indiquen que su posible origen procediera de Focea (isla situada en Turquía).

De esta forma, si leemos su lenguaje y su iconografía, nos daremos cuenta de que se trata de una iconografía de corte orientalizante. Una estética oriental/tradicional al servicio de los nuevos lenguajes de la sociedad íbera. Por otro lado, este conjunto lo que buscaba era transmitir el realismo, el poder y la dignidad de la clase aristocrática: los músculos de los caballeros, el armamento exagerado, la vestimenta (destaca el cinturón, símbolo de poder), las luchas... así lo muestran. Además, ese realismo sería mayor en su origen, ya que las esculturas se complementaban con materiales orgánicos y estarían pintadas.

Hoy en día, se ha llegado a la conclusión y , siguiendo la teoría de Blázquez, de que originariamente el conjunto debió de formar parte de un heroon o monumento heroico que legitimaría un linaje.

Sin embargo, otros autores proponen otras interpretaciones, como por ejemplo: que estuviesen ubicadas en un santuario o que decorasen una obra de carácter civil.

Independientemente de cuál fuera su verdadera función, lo que sí se sabe es que debió de ser una construcción de grandes dimensiones y que estaría cubierta, porque las esculturas no presentaban daños de fenómenos climáticos. Y que, en algún momento, fue destruido de forma intencional, ya que las esculturas fueron mutiladas y son muy pocos los rostros que se conservan.

La causa de dicha mutilación, es probable que se produjera como consecuencia de una revuelta interna, pues se sabe que en torno al segundo cuarto del S.IV. a.C. tuvo lugar la llamada crisis del ibérico antiguo.

Momento en el que se localizan destrucciones generalizadas en diversos núcleos, que podrían indicar luchas de linajes y cambios sociales. Es decir, que este hecho reflejado en las esculturas, nos está mostrando siglos después un momento muy concreto vivido en la sociedad íbera. El posible cambio de poderes y las luchas entre diferentes linajes.

Sin embargo, lo que llama la atención de Cerrillo Blanco, es que las esculturas no fueron abandonadas o reutilizadas como material de construcción, todo lo contrario, alguien se tomó muchas molestias en recoger los fragmentos, trasladarlos y enterrarlos en la necrópolis. Y, teniendo en cuenta que los fragmentos son muy pesados y que la necrópolis estaba situada en un lugar elevado, el esfuerzo debió ser considerable. Además las piezas halladas se encontraron protegidas con grandes losas de piedra, como si se tratara de un enterramiento humano.