Con la llegada de la democracia, a principios de los años 80, empezaron a surgir grupos de todas las partes de España, aprovechando la coyuntura del momento y la apuestas de las discográficas que apoyaban e impulsaban a los grupos de estilos variados como el rock, el pop etcétera.

Por entonces, tanto en tele como en radio apostaban por un abanico más amplio y las bandas tenían el mismo o mayor protagonismo que los solistas. En los 40 principales de entonces podías escuchar “Los rockeros van al infierno” de Barón Rojo, en Tocata veías compartir escenario y plató a Kortatu con Rubi y los Casinos.

Eran otros tiempos antes del monopolio de OT o de otros estilos latinos.

La explosión de los grupos

Grupos como El Último de la Fila, Radio Futura, Nacha Pop, Siniestro Total, Alaska y Dinarama, entre muchos otros, influyeron cada uno en su estilo en la escena musical española. No sabría decir qué grupo influyó más o menos, o qué banda fue la mejor en el panorama, aunque tengo mis gustos evidentemente.

Barón Rojo triunfaba entre los seguidores heavies junto a Obús o Ángeles del Infierno. Era un estilo que estaba llegando a un sector de la juventud que llenaban los conciertos con sus prendas distintivas. El punk era más residual, pero en la mente de todos sonarán grupos como La Polla Records, hoy en día de actualidad por la reciente retención tras un concierto de su antiguo cantante, Evaristo

El rock andaluz andaba a principios de los 80 de capa caída y en pleno descenso que se culminaría con la muerte en 1983 en accidente de tráfico de Jesús de la Rosa, líder de Triana, el máximo exponente de este estilo.

La oscura cruz

Y es que la muerte por accidente de tráfico en esos años era algo a lo que casi estábamos acostumbrados y así también nos sobrecogió el fallecimiento del jovencísimo Eduardo Benavente, cantante del grupo Parálisis Permanente, grupo de post-punk o rock gótico que nació de la escisión de Alaska y los Pegamoides.

Vidas y carreras truncadas en la carretera al igual que con la droga.

El desconocimiento de los efectos de la heroína se cobraba muchas víctimas en la sociedad de entonces y la Música no era ajena a ello. Con el tiempo perderíamos a Enrique Urquijo, cantante y compositor de Los Secretos, Toño Martín que fuera vocalista de Burning siguiéndole años después Pepe Risi a consecuencia de una neumonía dado su estado de salud de años de mala vida, Toti Árboles, el que fuera batería de muchos grupos de la movida como Los Pegamoides, Paralisis Permanente…y así muchos músicos. Eran otros tiempos.