Cuando The Beatles lanzaron Rubber Soul, la Beatlemanía se podía dar como finiquitada. Ya no era lo mismo, en gran medida porque los de Liverpool habían crecido tanto como personas como sobre todo musicalmente, y eso se veía perfectamente en el contenido del álbum.
The Beatles maduran
Habían sido años sin parar de música y giras, compartiendo habitaciones de hotel de las que apenas podían salir. Ese tiempo había servido para terminar de forjar un vínculo personal entre ellos, pero no solo eso, sino que además, tantas horas de reclusión y los compromisos adquiridos con la discográfica les forzaron a ejercer un aprendizaje musical que se tradujo en grandes canciones.
Si al principio su principal motor de inspiración era el rhythm and blues, a medida que su carrera se iba desarrollando, la música clásica y otros estilos modernos iban teniendo importancia a la hora de concebir las canciones.
Y no solo la música, las letras también estaban cambiando. Si ya en los primeros años mostraban maneras más personales de querer contar las cosas, como por ejemplo en She Loves You, en la que un amigo le dice a otro que su chica lo quiere. Más tarde, canciones como Help! o Yesterday nos enseñaban a unos Lennon y McCartney con letras más maduras que iban mucho más allá de los inicios.
Cambios musicales de importancia
Pero no solo el dúo compositor principal crecía. Por ejemplo, George Harrison introdujo en las canciones un instrumento como el sitar, esencial en una canción como Norwegian Wood, y la influencia indie que Harrison aportará al grupo se haría más presente conforme pasara el tiempo.
Rubber Soul es un salto adelante muy importante en su carrera. Un LP lleno de grandes canciones, como por ejemplo In My Life. Una canción en la que Lennon echaba la vista atrás y reflexionaba sobre su vida, con un solo memorable de piano, simulando a un clavecín, tocado por George Martin, que reprodujo así, la idea del conjunto de emular un sonido barroco.
Por otro lado, McCartney introducía el jazz tanto en su canción Michelle como también en la canción de Harrison, Think for Yourself.
En definitiva, con este disco, The Beatles inicia una senda artística muy creativa en la que no tenían miedo a arriesgar. Contaban además con todo un equipo a su alrededor que estaba dispuesto a darle lo que ellos necesitaban, y eso es muy importante.
Incluso apostaron en la portada del disco, eligiendo como portada del álbum una foto de ellos cuatro distorsionada por casualidad, lo que, por otro lado, reflejaba la época psicodélica que se avecinaba.
El disco en su lanzamiento logró el número uno tanto en Reino Unido como en Estados Unidos y si bien, sus semanas de permanencia iban en descenso a cada álbum que sacaban, seguían logrando la máxima posición, además de los sendos números uno que sus singles, We Can Work it Out y Day Tripper, lograron en las listas.
Por último, comentar, que el grupo andaba en plena retirada de los escenarios. Les quedaba una desastrosa gira de la que acabarán exhaustos y cansados de tanta "beatlemanía", por lo que la creación en el estudio era su gran refugio y su válvula de escape como se podría comprobar en sus siguientes trabajos.