Después de la censura hay vida, podríamos decir. Esencialmente el hecho de descubrir que una obra es censurada por los responsables competentes, se supone, del Ministerio de Cultura, no hace más que afirmar una cosa: Por muchos límites que le pongas al mar, las aguas buscarán su camino en libertad, con más fuerza si cabe.
La obra de Santiago Sierra censurada en Arco ha sido comprada por el periodista y empresario Tatxo Benet (mediapro), que ha señalado a los medios de comunicación “que la situación es de extrema gravedad, ante la deriva que está llevando el gobierno”.
El periodista, natural de Lleida, quiere llevar allí la exposición, y a otras ciudades del Estado como Madrid Y Barcelona. Ya hay en estos momentos más de 20 salas y galerías de Arte que la quieren exponer. Benet señala, el interés particular que hay en Lleida por exponerla, después, comenta el periodista, de los acontecimientos muy graves que acontecieron con el expolio de las obras sacras del Museo de Lleida, que por orden judicial, se trasladaron al monasterio de Sijena en Aragón. De esta manera, se pretende llevar a cabo un acto reparador, pero sobre todo, una forma de crítica ante la censura de la libertad de expresión, y un acto reivindicativo ante la deriva de la democracia en España.
La obra de Santiago Sierra, una serie de retratos pixelados donde se exponen los presos políticos que existen en nuestras cárceles. No solo sobrexpone la situación en Catalunya, al mostrar los retratos de los Jordis, Junqueras y los demás presos existentes en las cáceles españoles por el procés, sino el conjunto de personas de todos los puntos de España, que por sus ideas se encuentran recluidos.
Una réplica de la obra se puede contemplar en las salas del Teatro del Barrio en Lavapiés. Una de las salas que han puesto a funcionar la propuesta con una serie de copias de la obra censurada.