Según los testimonios y los restos que conservamos hoy en día, para los egipcios la Alimentación no era solo una necesidad biológica, sino que iba más allá. Alcanzando el ámbito funerario.
De hecho, muchos de los restos de comida que conservamos provienen de contextos funerarios que se remontan hasta el Período Arcaico. En los cuales, se han hallado ofrendas de frutas, vegetales, carnes, pan, frutos secos ... A lo que se suman, las representaciones de comidas/banquetes funerarios o las mesas de ofrendas en la vida en el Antiguo egipto.
¿ Por qué los egipcios equipaban sus tumbas con todo tipo de alimentos?
Equipar las tumbas, era un acto directamente ligado a la concepción que poseían de la muerte y del cuerpo, De esta forma, el cuerpo humano se componía de tres elementos:
- El Aj: La fuerza divina.
- El Ba: sería el equivalente de nuestra alma y permanecería más allá de la muerte, acompañando al difunto en la eternidad. Era representado como un ave con cabeza humana.
- El Ka: Era el espíritu vital e indestructible (un doble espiritual), hacía inmortal al hombre e incluso le transformaba en un dios si lo merecía. En los dioses y en los faraones el ka estaba unido a su cuerpo, mientras que en el resto de humanos, iba a él después de la muerte. El ka volvía a dar vida al difunto , para vivir eternamente, por eso se necesitaba momificar los cuerpos. Se representaba con dos brazos pequeños sobresalientes de la cabeza del difunto.
Así, para un egipcio la muerte no era el fin, sino una transición hacia otro estado, en el que la parte espiritual y vital no perecería si los familiares del difunto realizasen las ofrendas y los rituales destinados a conservar y dar energía al ka ( si no era bien atendido, éste estaba condenado a vagar eternamente por el mundo).
Y , es precisamente aquí , donde entraba en juego la importancia del alimento, ya que sin éste todo moría. De ahí la importancia del Libro de los muertos.
Su reflejo en el Museo Arqueológico Nacional
Los banquetes funerarios:
Los relieves que representan estas escenas, se caracterizan por seguir un mismo patrón: un comensal (el difunto), aparece sentado frente a una mesa repleta de alimentos que son llevados por sirvientes.
Es más, el difunto no parecía estar abastecido hasta que no tenía en su lista de ofrendas, al menos: diez clases de carnes, cinco de clases de aves, dieciséis tipos de pan y pasteles, seis clases de vino, cuatro tipos de cerveza y once de fruta.
El relieve de la tumba de Neferkhau y Satbahetep (Museo Arqueológico Nacional), Heracleópolis Magna. D.IX-XI (2160-1990 a.C): En este fragmento de pared, se relata una comida funeraria en varios registros:
- La parte superior: se compone de un único registro con dos mesas de ofrendas.
- La parte inferior, está formada por cuatro registros: el primero ocupado por varios sacerdotes realizando ceremonias rituales. Mientras, que los tres siguientes los porteadores llevan a los difuntos; 1) Agua y vino. 2) Carne y asados . 3) Pescados, antílopes, cabezas de buey... 4) Diferentes tipos de frutas.
Estos alimentos, tenían como función alimentar el ka de Neferkhau y Satbahetep.
De hecho, en la parte superior del relieve, se encuentra el listado de alimentos ofrecidos.
Las mesas de ofrendas (hetep):
Eran la figuración estilizada de la esterilla de junco o papiro, sobre la que se servía la comida (agua y alimentos) al difunto ante su tumba.
Más tarde, al representarlas como piezas de piedra aisladas, adoptaron la forma cuadrada, con un pico por el que se vertía agua. La superficie superior se podía cubrir con representaciones en relieve de productos alimenticios:pan, piezas de carne, recipientes de cerveza, vasos de libaciones, cuencos para incienso o perfumes ( para hacer ritos de libación y purificación)...
Estas mesas, se depositaban a la entrada de las capillas que se situaban en el lado Este de las pirámides meroíticas y , se usaban, en ceremonias fúnebres en las que los sacerdotes realizaban libaciones de agua , dando gracias a los dioses.
La mesa de ofrendas del Museo Arqueológico Nacional, Nag Gamus. Época Meroítica (S.I d.C): pertenece a un tipo muy simple y característico de la época.
- En su parte superior, contiene un canalillo por donde fluía el líquido.
- En su interior, posee una decoración de cuatro panes y dos vasos hes de libación.
- En su exterior, una inscripción meroítica perimetral.