El antiguo egipto. Una de las civilizaciones más míticas, hermosas y misteriosas, que nos ha mostrado una gran destreza pese a la época en la que vivían, así como lo revolucionario de sus conocimientos y tecnología en la construcción, medicina y en ciencias. Pero todo eso no les impedía tener su panteón de dioses, donde el principal era el dios Sol, Ra, seguido por todos sus hijos y hermanos. En esta cultura no se dividía la fe de la ciencia, iban de la mano, siendo sus faraones considerados dioses, descendientes de ellos.
Al tener tanta importancia sus creencias, no es de extrañar saber que se llegó a crear lo que llamamos "El Libro de los muertos" que ellos mismos llamaban "Libro de la salida al Día" , una guía para aquellos que morían.
De las paredes al papiro
Originariamente, no existía el libro como tal sino que eran los jeroglíficos que escribían los sacerdotes, ritos y mantras de lo que ocurriría al otro lado; además de escribir sobre historia de los dioses y de sus propios imperios. Llegado el momento, se llegó a hacer papiros muy extensos con cada uno de los ritos y fórmulas de ayuda; como es obvio no todo el mundo los poseía pues eran extremadamente caros.
En total podían constar de 200 capítulos, llegando a medir el papiro hasta 23,6 metros de longitud; uno de los que se ha conseguido conservar y el más conocido es el "Papiro de Ani", primeramente no tuvo que ser empezado por Ani, pues se han encontrado un total de tres escrituras lo que nos lleva a que fueron tres escribas quienes llevaron a cabo la escritura de este papiro.
Ritos y protectores
Se sabe casi con certeza que los egipcios eran muy supersticiosos, temían cualquier señal extraña como algún tipo de presajio por lo que enterraban a sus muertos con todo tipo de ajuares, joyas, amuletos de protección y escritos para que fueran sus guías en el otro lado. Uno de los que más se usaba era el escarabajo de corazón, se llamaba así pues se ponía justo en el pecho de la momia, para que su corazón no lo traicionara y que tampoco mintiera a los dioses en el momento del juicio.También es muy sabido que a la hora de la momificación trazaban sortilejios en las vendas de la momia para detener la putrefación de la misma.
El libros de los muertos: una aventura
Tal y como he escrito, casi parecía una aventura salida de cualquier libro de fantasía, en él se narraba cómo superar las 12 regiones del Duet, desde el inicio del difunto en la barca funeraria desde el este hacia el oeste, como el dios Sol, Ra, donde comenzaría con una serie de luchas contra enemigos, pudiendo obtener de prestado los poderes de los dioses, aunque no se especifica a qué obedece esto.
Una vez pasados todos esos enemigos, se llegaba a un gran laberinto donde, pasando diversas puertas, se debía decir el nombre de la puerta, el guardián y su pregonero. Se dice que eran un total de entre 7 y 21 puertas, cuando se acertaba cada una se le decía al dinfunto: "Pasa, pues eres puro".
Si se pasaba el laberinto con éxito se llegaba a la Sala de la Doble Verdad donde se celebraría el juicio del Alma, formado por un tribunal de 42 jueces presidido por Anubis, dios coyote del inframundo, protector de la momificación. En un proceso en el cual Anubis sostenía una balanza, en un lado de la misma se ponían una pluma de avestruz junto con una pluma de Maat, símbolo de justicia; en el otro extremo de la balanza se ponía el corazón del difunto.
Se pesaría su corazón, el equilibrio era la clave, en caso contrario de que el corazón pesara más que las plumas sería condenado de impuro, teniendo demasiados males en su corazón pesándole.
Los puros de corazón eran glorificados y enviados a los Campos de Lalu o Campos de las Cañas, lo que era el paraíso de los egipcios donde vivirían su nueva vida, aunque realizando sus obligaciones; los que tenían las Ushetibs, estatuas sirvientes, no tendrían que hacer labores. En cambio, los impuros sufrían miles de castigos por toda la eternidad como pasar una sed constante hasta ser devorados por bestias y torturados por demonios horripilantes.
Pasajes
Un ejemplo de los primeros pasajes en el libro es la fórmula número nueve: "He abierto caminos que están en el vielo y la tierra, porque soy el bienamado de mi padre Osiris". El libro se encuentra interpretado, por si se quiere leer al completo lo que se pudo transcribir de él.
Podéis informaros de más noticias como ésta: Folclore y Buda.
Conclusión final
Al final, se llega a la conclusión que lo que hay después de la muerte es todo un misterio para nosotros. Tanto si queremos creer en un único dios, como si no ó como si queremos creer en el libro de los muertos; supongo que es una manera de aleccionar a lo que vayamos a hacer en vida, no cómo sacrificio como se dicen en muchas otras culturas sino como una manera de vivir en paz contigo mismo, de no manchar tu alma con el horroroso gris de los actos que son negativos para nuestro karma. Gracias por llegar hasta aquí, si os gustaría leer más de este tipo de temas no dudéis en dejármelo saber.
Y tú, ¿crees en el libro de los muertos?