El mural usado como una expresión del arte existe desde la era paleolítica. Pintar en mural, implica no sólo la imagen a pintar, sino la superficie a pintar. A diferencia de la pintura en cuadro, la pintuara en muro conlleva pensar no sólo en la imagen a plasmar sino en ¿dónde se va a plasmar?
Una técnica que proviene de la prehistoria
Testimonios de muralismo de las culturas indígenas demuestran técnicas desconocidas antes de la conquista de Europa.
Una técnica usada en Argentina era las manos, como, se puede ver en La cueva de Las manos al oeste de la Provincia de Santa Cruz .Después de la conquista, muchos murales de templos y palacios fueron destruidos o quedaron en pequeños fragmentos. El muralismo en América se impuso con un carácter religioso conservando tintes autóctonos.
Ejemplo del carácter solemne con el que rompe el movimiento está en las calles de Argentina. La pintura mural era solemne, era parte de los teatros e iglesias importantes, hasta comienzos del siglo XX donde se volvieron parte de las fachadas de viviendas. En aquellas épocas, las viviendas eran diseñadas en colaboración del arquitecto, el pintor y el decorador.
No obstante los motivos de los murales seguían siendo religiosos. El Art Nouveau dominaba las calles argentinas. Se pintaban guardando el carácter religioso. Hasta 1915 cuando se deja de hacer murajes para hacer pintura a caballete.
La independencia mexicana favorece el muralismo
El uso de los muros vuelve a nacer en tiempos de la revolución mexicana. En épocas de la conquista y en la independencia, el muralismo en Latinoamérica se hace de la misma manera que en Europa. Este movimiento artístico rechaza la pintura de caballete, se presenta fuera de la representación de retratos, paisajes, bodegones etc. Se diferencia del Arte aristocrático manifestándose en edificios y construcciones públicas.
José Vasconcelos, filósofo y primer secretario de la Educación Pública en México. Apoyó el nuevo movimiento muralista. Pidió a un grupo de jóvenes artistas plasmar la voluntad nacional en las paredes de la Escuela Nacional Preparatoria de la ciudad de México. Tenía la firme idea de que el muralismo sería una herramienta de arte social, para dar a conocer el pasado y el futuro del país.
Desde su comienzo, en la década de los años 20s, los artistas tenían total libertad de plasmar las manchas oscuras y aires buenos de la revolución. El Manifiesto del Sindicato de Obreros técnicos, Pintores y Escultores lleva los principios por los cuales se rige el movimiento. Está dirigido a la raza indígena humillada, a los soldados transformados en verdugos por el gobierno; obreros y campesinos maltratados por el hambre enferma de los ricos; a los intelectuales sin mancha de la burguesía.
Querían un arte monumental de utilidad pública. José Clemente Orozco tenía la visión de "socializar el arte". El muralismo siempre se manifestó como arte público y social que rescataba los valores nacionales, creando una conciencia grupal. En los grupos, no existían lideres determinados. Eran obras realizadas por la colectividad.
Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Adolfo Siqueiros son representantes importantes del movimiento artístico. Redescubrieron la técnica del fresco. Utilizaron materiales y procedimientos nuevos para hacer perdurables sus obras. Siqueiros introduce en su técnica; pintura de automóviles piroxilina y cemento colorado con pistola de aire. Orozco al igual que Rivera usa mosaicos de losa precolada.
Muchos de los muralistas se consideraban pro comunista. No obstante, el gobierno no compartía el mismo ideal, sin embargo, no se le negó el apoyo para la realización de murales. Algunos de ellos no fueron expuestos al púbico, por cuestiones de interés
El gobierno de Obregón se enfrento a los problemas políticos que el muralismo mantenía con las promesas de una revolución inevitable y permanente. Cuando Vasconcelos abandona su cargo en 1924, la protección y el apoyo a los muralistas desaparece con él. Guadalajara no deja de apoyar al muralismo y artistas como Orozco continúan sus obras.
El movimiento iniciado en México llamó la atención a toda América, por ser una manifestación en espacios públicos, siendo un arte para todas las clases sociales.
Artistas como Jaen Charlot de Francia y las hermanas Greenwood, Pablo O'Higgins participaron en el movimiento de México. Los muralistas se consideraban artistas al servicio del pueblo, llevaban conciencia cultural y política al pueblo. Manifestaba no sólo anécdotas históricas, sirvió muchas veces cómo medio de crítica. La fuerza del movimiento a nivel continental se puede ver con personajes como; Santiago Martínez Delgado, Pedro Nel Gómez e Ignacio Gómez Jaramillo en colombia; por parte Brasil el artista Cándido Portinari; en Chile Laureano Guevara, Arturo Gordón, Fernando Marcos y Fernando Daza; en Uruguay Felipe Seade, Demetrio Urruchúa y Joaquín Torres García.
Muchos artistas mexicanos emigraron a trabajar en el extranjero.
Ejemplo de ello es Siqueiros, quien llega en 1933 a Argentina y establece las bases del movimiento muralista mexicano. Unos de los murales más importantes de Argentina, "Ejercicio plástico", fue realizada por este artista mexicano, junto con el artista Lino Enea Spilimbergo, Juan Carlos Castagnino, Antonio Berni y el escenógrafo Enrique Lázaro.
En Nicaragua; Alejandro Canes, Leonel Cerrato, Róger Pérez de la Rocha, Antonio Reyes, Julie Aguirre, Manuel García, Hilda Vogel, Olga Maradiaga y Leoncio Sáenz son influenciados por "los tres grandes" de México; David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco. Los murales de Nicaragua, en su mayoría, fueron hechos con pintura acrílica especial para exteriores, haciéndolos de una duración más corta.
En México los murales eran diseñados para interiores, por lo tanto, eran de una duración más prolongada. Los murales más duraderos hechos en México tiene una base de cristal a manera de mosaico, tal es el caso de "El teatro en México" en Avenida Insurgentes.
En Nicaragua se produjeron aproximadamente 270 murales entre 1979 y 1989, alrededor de la ciudad de Managua. Numero mayor a los producidos en México desde 1922 hasta la década de los 60s. Muchos murales de Nicaragua fueron destruidos por el conservador Arnoldo Alemán en la década de los 90s.
El muralismo de América latina fue un fenómeno importante, en el cual, el arte dejo de ser un adorno y se convirtió en un medio de comunicación al servicio de la comunidad. Este acontecimiento queda como prueba de que el arte y pueblo pueden existir en un dialogo armónico. Sin que el arte aplaste al pueblo como pasa en nuestros tiempos.