Si las personas nos definiéramos por colores, entonces Andrés Paredes sería el verde de la selva. Quienes tengan la posibilidad de disfrutar de su arte se encontrarán con el universo infinito y misterioso de la selva Paranaense de Misiones, argentina.
Caminar por los pasillos, donde sus obras se exponen, es entrar en contacto con un entorno colorido de hojas verdes, tierra roja e insectos
Y dentro del cosmos de invertebrados Paredes elige tres: las libélulas, las cigarras y las mariposas. “Elijo insectos sometidos a grandes transformaciones, como mariposas y les doy la gran metáfora de la transformación que todo ser humano persigue: el deseo de redefinirnos y cambiar”, explica el diseñador gráfico de 39 años, nacido en Apóstoles, provincia de Misiones.
Desde el viernes 12 de enero, la nueva muestra del joven artista denominada "Eternal Spring" se expone en la galería de Arte Samara Gallery, en Houston, Estados Unidos, hasta el sábado 24 de febrero.
El pasado se entrelaza con el presente
Cada obra de Paredes se encuentran entretejidas con el ayer: su infancia. En sus creaciones revive a un niño curioso del mundo que lo rodea, “recuerdo el enorme patio de mi casa natal, un mundo de vegetación que no tenía límites, tampoco vecinos, solo estaba marcado por una hilera muy tupida de güembés con hojas enormes. Y cada dos o tres metros había un cactus altísimo en medio de una profusión de enredaderas”, señala el artista.
Y es allí donde todo comienza.
Porque en la casa natal se encuentra “mi plataforma, mi base segura y siempre vuelvo allí a buscar los elementos que ahora cobran otro sentido y dimensión”.
Es que hoy, esos pequeños insectos que observaba de pequeño se transformaron en enormes figuras construidas con: papeles, madera, MDF caladas a mano, “barro ñaú” obtenido de las costas del río Paraná e incluso, un material tan atípico como el epoxi, entre otros elementos.
“Creció en mí una fascinación particular por las formas, un amor por las líneas curvas y los delicados detalles que se esconden y se entrelazan en el entorno”.
El artista interpreta toda esa realidad desde una visión ya adulta porque “toda la muestra es un manifiesto, que afirma, la idea de que se puede, de que podemos cambiar, podemos mutar, que el lugar donde nacemos, donde nos criamos, nos determina, pero no nos condiciona”.
Trincheta y papel
Paredes inició su carrera artística con una técnica alemana conocida como Scherenschnitte o “corte con tijeras”, un procedimiento artesanal que implica cortar con tijeras o trinchetas los papeles u otros materiales para crear siluetas.
Con el tiempo dio vida a un nuevo lenguaje visual, uno propio y único, al incorporar otros materiales. Desde ese lugar configuró un estilo distinto de apreciar la vegetación que lo vio crecer, entre juegos infantiles y permanente descubrimiento.
Paredes explicó que desde hace unos 15 años explora sobre “una relectura contemporánea de la selva Paranaense de Misiones y el retrato de sus universos”. Y en la actualidad investiga sobre “la arqueología y la genealogía personal”.
En cada obra aborda sus propios recuerdos de la niñez y los transforma en grandes instalaciones participativas. “Me interesa trabajar espacios que propicien la introspección personal y generen paisajes nuevos con elementos extraídos del propio paisaje”.