El Cine que se había producido hasta la fecha en Brasil, hablamos de las producciones de los años 50 y principio de los 60 era un cine falso y completamente alejado de la realidad social de un país con una pobreza total en la mayoría de su población. Es en esa época cuando los grandes males de la sociedad brasileña se profundizan y la antesala de lo que posteriormente sería la dictadura militar (1964-1985).
La historia contemporánea de Brasil
Brasil fue un país en un principio neutral en la Segunda Guerra Mundial como principalmente la mayoría de los países de América del Sur, (exceptuando Argentina, siempre cercana al Eje).
A medida que se comenzaron a desarrollar los acontecimientos en el viejo continente, la mayoría de los países Sudamericanos declararon la guerra a Alemania, dando apoyo (sobre todo combustible y materia prima) al ejercito de los Estados Unidos y británico. Después del conflicto, las inversiones norteamericanas en Brasil se consolidaron, pero solo tuvieron consecuencias en los bolsillos de las clase altas brasileñas, con muy poca retribución en las condiciones del pueblo. La década de los 50 fue la llegada de las grandes compañías norteamericanas de monocultivo a Brasil, con la correspondiente toma de tierras y desmovilización de los pequeños campesinos a las ciudades.
La sociedad brasileña de los 50 tenía mucha población en el campo, eran formas de cultivo minifundista, además de históricos terratenientes.
Las consecuencias de la llegada de la inversión norteamericana, supuso la perdida de la tierra de los pequeños campesinos y la llegada en bloque de las grandes espacios de producción de monocultivo: soja, café, maíz... Las grandes ciudades comenzaron a recibir población del campo. Río se convirtió en un gran escaparate turístico, fue un gran polo de inversión de Ocio para las clases altas, pero la realidad de los neones no escondía el fenómeno más apabullante que se cernía sobre Brasil: la pobreza y miseria de la nueva población que se hacinaba en los extraradios de las boyantes grandes urbes que no podían absorber esa mano de obra.
Nacía la cultura de la favela. Las primeras movilizaciones contra los gobiernos brasileños comenzaron y la respuesta de las clases altas e intereses económicos llevó a la reacción en Brasil. El golpe de estado llevo a los militares al poder en 1964. La nefasta historia de la intervención militar apoyada por Estados Unidos en el Cono Sur llegaba a su máxima expresión con la operación Condor.
La estética del hambre de Glaubel Rocha
En ese contexto donde Glaubel Rocha un joven estudiante de Artes, de familia acomodada comienza su andadura política ya en la Universidad, apoyando a las formaciones de izquierda. De profundo discurso marxista rápidamente se acerca al cine y comienza a desarrollar obras de fuerte carácter militante contra toda la inercia de un cine “falso y socialmente deformado”. Hasta la década de los 60, el cine en Brasil respondía a las clases altas y blancas, un cine de vodevil alejado completamente con la realidad del país, donde la producción sostenía una imagen de clase, comedia burguesa y romances de gente de bien. Una producción cinematográfica completamente alienante que tapaba la enorme desigualdad de un país pobre y miserable.
Glaubel Rocha pone sobre la mesa esa enorme contradicción y saca en 1965 el manifiesto del Cinema Novo en el festival de cine Latinoamericano en Génova. Bajo esta tesis un enorme concepto: la estética del hambre. Rocha planteaba abiertamente un nuevo tipo de cine que debería liberar al pueblo no solo en Brasil, sino en todo el Cono sur donde los problemas sociales eran los mismos. El hambre, la fome, un cine por tanto que tenía que mostrar los verdaderos problemas del pueblo y sobre todo sus verdaderas causas. Un alegato revolucionario en primera línea que contribuyera a la ruptura cultural con las clases altas, dueñas de los medios de producción económica y por tanto cultural.
Glauble Rocha utilizó las enseñanzas de la Nouvelle vague para desarrollar pequeñas producciones libres, donde los actores (profesiones o no) y el material documental fueran esencialmente los elementos que sustentase una estética y narrativa independientes, completamente militantes.
Discursos activistas hacia una clara idea revolucionaria y un ataque directo a los medios burgueses y la cultura masiva de alienación. Pronto se encontraría con la censura de la dictadura.
El Cinema Novo, que no solamente tendría su expresión en Brasil, también influiría en el nuevo cine de la realidad de sus países vecinos y finalmente tomaría puerto en la propia Lisboa como acicate del Cinema Novo portugués tras la Revolución de los Claveles (1974).
Coincidiendo con el 50 aniversario del estreno en el Festival de Cannes de Terra em Trance, la Filmoteca ha desarrollado este ciclo durante este mes de diciembre que pondrá colofón con los films A idade de terra, Cabezas Cortadas, y Diario de Sintra hasta el 29 de Diciembre.