Cuando llega diciembre todos los años el mundo del Cine sabe que es el gran momento de los estrenos infantiles. Pixar se ha convertido en la compañía que más sabe llegar al público con sus películas de dibujos animados, a pesar de ser absorbida por Disney el 26 de enero de 2006, han seguido trabajando de manera independiente.

Este año se ha estrenado Coco, su protagonista es Miguel, un niño mejicano de diez años que quiere ser músico, a pesar de que su familia no está de acuerdo por un suceso que marcó su pasado. La historia se desarrolla durante la celebración del Día de los Muertos, en el que Miguel viaja a través del inframundo para conocer los orígenes de su familia.

El primer fin de semana de su estreno en España ya se ha colocado en cabeza del ranking de taquilla.

El protagonismo de la cultura mexicana

El colorido de la cultura mexicana consigue dotar a la cinta de una increíble vida, esqueletos, elementos del folklore y mexicano, homenajes a personajes tan populares como Frida Kahlo (con mono incluido) y el gran Diego Rivera están claramente presentes. Y sin embargo, como todas las películas de Pixar (esta hace la número 19) tiene algo, un fondo común que hace que todo el mundo pueda sintonizar emocionalmente con la película, a pesar de ser ajeno a la cultura que muestra.

Coco aborda el tema de la muerte de manera amable

Coco consigue algo tan difícil como tocar el tema de la muerte sin incomodar a los niños, el viaje de Miguel por el inframundo, es un viaje alegórico del que inevitablemente volverá transformado.

Pero, Coco no es la primera película en abordar este tema, en el año 2014 se ‘El libro de la vida’, cuyos protagonistas son un trio amoroso Manolo, Joaquín y María. Ambas películas con sus similitudes y sus diferencias consiguen acercarnos a la típica celebración mexicana y a la búsqueda de la identidad personal.

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