Stefani Joanne Angelina Germanotta es una mujer americana de 31 años, no muy alta, de ojos grandes y rasgados, de tez blanca, de voz potente y sin fisuras, y frágil, como cualquier ser humano. A todos les parecería una descripción de alguien normal y corriente, hasta que pronuncias su nombre artístico: Lady Gaga.
En el nuevo documental que Netflix ha estrenado este pasado viernes sobre la otra perspectiva de la vida de Gaga vemos a una mujer sobretodo frágil, y de salud también débil. Desde que se rompiera la cadera no ha hecho más que pasar dolores continuos, contracturas y idas y venidas de clínicas.El documental de 1h 40 minutos muestra la cara que nunca imaginamos de los famosos, la que está tras los escenarios, en los camerinos, en sus casas.
Cuando te rompen el corazón y tienes que dar el mejor espectáculo de tu vida
Se suele pensar que el dinero tapa todas las fisuras, no sólo las económicas, sino también las de los corazones rotos. Y a Lady Gaga se lo han roto varias veces. Y lo malo de cuando te rompen el corazón y eres un personaje público es que todos son partícipes de ello y además debes fingir encima de los escenarios que estás bien.
En la película descubrimos a la chica que se esconde detrás de cada uno de los surrealistas disfraces de la cantante, sin duda hechos para los fans, en un intento de desaparecer debajo de ellos, en un intento de no dejar ver a la chica dolorida, a la chica despechada que sufre por amor, a la chica que tiene que tomar constantemente calmantes para sus dolores de huesos.
Una chica que llora constantemente, de lágrima fácil y sincera, una mujer que compone su propia Música y letras.
Una chica cuyo último disco se llama Joanne, el nombre de su tía fallecida cuando tenía 19 años y a la que compone una canción, que le enseña a su abuela, madre de Joanne, entre lágrimas.
El mundo del espectáculo es tan relativo como lo es el tiempo
Es fácil criticar a las personas sin ponerse sus zapatos y andar un día entero con ellos. Unos zapatos de plataforma interminable en el caso de Stefanie, donde se puede ver cómo tiene que llorar entre pinceles de colorete y secadores de pelo.
En este último disco vemos a una Gaga más natural, sin disfraces futuristas, con coleta y jeans, poco maquillada y asustada también, preocupada de si a sus fans más veteranos les gustará esta Gaga sin disfraces.
En conclusión podría decirse que los que aman las Historias detrás de las personas, ya sean famosas o no, reirán y se emocionarán al ver este documental visto desde detrás del escenario, dentro de su casa, en su habitación, con sus mascotas, sus amigos y familiares y desde el punto de vista y de los propios labios de una mujer muy clara, honesta, bella a su manera y frágil.