El de ayer por la noche es el capítulo más flojo de la serie en lo narrativo (y en seguridad). Requiere complicidad por parte del espectador para obviar las enormes incongruencias en la trama. Pero, antes de nada: ¡Ojo, spoilers! Ahora sí, avisados estáis.
La excursión absurda
El episodio arranca con el grupo de Jon adentrándose más allá del Muro para capturar un espectro y demostrar a Cersei que los Caminantes son reales.
Un planazo. Tormund bromea con Gendry y el Perro, con quien también habla sobre Brienne de Tarth.
Jon prefiere la compañía de Jorah y Beric, que no sabe qué quiere de él el Dios de la luz, pero tiene claro que el enemigo es la muerte, los Caminantes. A Jorah trata de darle la espada del Viejo Oso, pero Mormont la rechaza, al considerar que no es digno de ella.
Psicópatas en Invernalia
Arya confronta a Sansa y la acusa de traidora. Sansa explica que escribió la carta obligada, pero Arya no atiende a razones. Arya se muestra más desequilibrada que implacable. Más tarde, Sansa registra el cuarto de su hermana y encuentra las caras.
Por detrás aparece Arya; parece dispuesta a matarla, pero no lo hace, solo da mucho miedo.
Reunión tensa en Rocadragón
Dany y Tyrion discuten estrategias y hablan sobre Jon Nieve. Al enano le divierte la admiración apenas disimulada de Daenerys. Pese a todo, la reunión acaba en bronca cuando Tyrion plantea la necesidad de discutir la sucesión de Dany, por si esta cae en batalla.
La excursión absurda (parte dos)
Jon y los suyos son atacados por un oso zombi que mata a Thoros de Myr. Tras acabar con el oso, encuentran a un Caminante y algunos espectros, separados del resto por exigencias del guión. Jon mata al Caminante y, al hacerlo, los espectros se desmoronan, al igual que la leyenda del terrible enemigo construida en estos siete años, pues la mente enjambre es una gravísima debilidad.
Uno de los espectros no se desintegra: lleva armadura de guión y los excursionistas ya tienen regalo para Cersei.
Pero el muerto llama a la horda. Jon manda a Gendry corriendo de vuelta al Muro, para pedir ayuda. El grupo de excursionistas huye por un lago helado hasta un islote central. La horda no muerta los sigue a través del hielo y este acaba cediendo, creando un foso natural entre los alegres exploradores y las tropas del Rey de la Noche. Rodeados, Dany es la única opción.
Gendry, más rápido que Usain Bolt, llega a Guardiaoriente y mandan un cuervo a Dany, que sale disparada al rescate. Mientras tanto, el Perro se entretiene apedreando a los muertos porque hace falta una excusa para hacer avanzar la trama.
Se queda corto y una piedra se desliza por el hielo. Los zombis se dan cuenta de que el agua está congelada y cargan contra Jon y los suyos. Unos espectros salen del agua para arrastrar a Tormund al fondo, y nos preguntamos por qué se frenaron antes si saben nadar y salir a flote, pero hay tanta acción que uno no se para a pensar. Cuando todo está perdido, llega Daenerys arrasando con la mitad del ejército del Rey de la Noche. Drogon se posa en el islote para recoger a los excursionistas. Suben todos menos Jon, al que le parece buen momento para alejarse, porque si no el rescate sería demasiado fácil.
El Rey de la Noche toma una lanza de hielo. Drogon está posado a unos metros de él, de espaldas.
El Caminante se da cuenta de que Drogon usa también armadura de guión y decide lanzar contra Viserion, al que es mucho más complicado dar. Sin embargo lo mata y este cae al lago helado.
Como ya se ha cumplido lo que el guión necesitaba, Jon toca retirada, pero unos espectros lo hunden en el agua. Dany, desorientada y traumatizada, tiene que dejarlo atrás. El espectador se pregunta si la guerra no podría acabar ahí mismo con un simple Dracarys, pero los Caminantes también llevan armadura de guión. Excursionistas y dragones huyen. Bajo el hielo se quedan Jon y Viserion.
Pero Jon, helado y agotado, emerge. Los muertos siguen allí, así que el ex bastardo se prepara para morir matando. Un Benjen ex machina rescatara a Jon y lo manda de vuelta a Guardiaoriente aunque, por exigencias del guión, Benjen debe inmolarse y lo último que vemos es cómo la horda lo engulle.
Jon (firme candidato a Azor Ahai) sobrevive empapado al clima helado y llega al Muro. Cuando se recupera un poco, jura lealtad a Daenerys y ella promete destruir al Rey de la Noche, porque ahora ya tiene un motivo de peso.
De vuelta más allá del Muro, el Rey de la Noche saca a Viserion del agua y le impone las manos. El episodio acaba con el dragón zombificado, del que vemos solo una pupila azul intenso antes de los créditos.
Mal capítulo lleno de incongruencias graves. Molestará a quien busque algo más que adrenalina y efectos visuales. ¿Se disfruta? Sí. Pero enerva ver a la serie ceder guión en favor de la pirotecnia. ¿Estará el último episodio a la altura? La respuesta, aquí en siete días.