Las noticias falsas están de moda, todos conocemos alguna que se ha hecho viral. Hay quien mantiene que la creación de estas fake news responde a intereses de manipulación por parte de los políticos o de algunos otros estamentos con algún tipo de interés. Otros las consideran una mera diversión con la que poder reírse del grado de credibilidad que por lo general tiene la mayor parte de la sociedad.
Las campañas electorales de Donald Trump y Hilary Clinton han sido un ejemplo muy claro del impacto que tienen estas noticias y de cómo mediante ellas se puede manipular a la sociedad.
Para comprender el verdadero impacto que tienen las noticias que se trasmiten a través de las Redes Sociales solo hay que valorar el dato de que dos tercios de la mitad de la población de los EE.UU. se informan a través de Facebook. Los bulos tienen tanto impacto porque suelen ir asociados a emociones, especialmente al miedo.
“Crear información y desmentir aquella que no es real es la nueva labor del periodista en esta era 2.0” dice Lucía González desde la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI). Ya han surgido webs cuyo objetivo es desmentir la información que no es cierta, ejemplos de ello son la web “Guerra a la mentira”, el blog “Hechos” o la página de Facebook “El tragabulas”.
Desde PDLI han publicado un decálogo del buen hacer frente a los bulos que incluye implicar a los actores que tienen que ver con la noticia, verificar las informaciones y rectificar los contenidos erróneos.